La lluvia desafió este jueves la jornada reivindicativa por el Día Internacional contra la Eliminación de la Violencia de Género en Jerez sin darle siquiera tregua para acortar el recorrido de una manifestación que finalmente tuvo que suspenderse por el aguacero que cayó apenas diez minutos antes de las 18.00 horas, la hora prevista para su inicio. Había el doble de ganas, después de que en 2020 no se pudiera celebrar por la pandemia y también el doble de razones, más de 1.000, exactamente 1.118, la dramática cifra de víctimas mortales por violencia de género que acumula el país desde que 2003, cuando empezaron a contabilizarse. Eso sí, lo que no consiguió el mal tiempo fue amedrentar o silenciar la lucha de Jerez. Al contrario. Las acciones programadas por el Consejo local de la Mujer se concentraron en el interior del Ayuntamiento para resguardarse de la lluvia, cuya fachada lucía iluminada de color morado. Una vez allí, la vicepresidenta del Consejo local, Coral García Lago, hacía lectura de una manifiesto que reclamaba “respuestas globales” y “dirigidas a la médula del sistema” contra una lacra “que no tiene fronteras. Se da en todos los países y sociedades y se dirige a todas las mujeres, sin distinción de clases, etnia o grupo de pertenencia”.
En este sentido, el aumento “indiscriminado de violencia machista que sufren nuestras hermanas afganas desde el inicio de la guerra”. Mientras tanto, en nuestro país en lo que va de año más de 37 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas y 42 menores han sido asesinados por violencia machista desde 2013 a manos de su progenitor, 5 de ellos en 2021. “Es urgente” que el gobierno y la judicatura den un paso definitivo, hacia una revisión del sistema judicial y las leyes de protección en clave feminista”. Ser mujer “es un factor de riesgo a nivel mundial. Nos matan por ser mujeres”, concluyó.
Entre los aplausos y la marea violeta que cubría el patio del Ayuntamiento con más de 300 personas, especialmente mujeres y de todas las edades, muchos carteles reivindicativos, contundentes y, sobre todo, valientes entre los que podían leerse mensajes como estos: “Si un día no aparezco, no prendan velas, prendan barricadas”; “a mí también me gustan las mujeres y no las acoso”; “un maltradador no es un buen padre” También muchos gritos y hasta tambores de ‘guerra’: “Da igual que no nos conozcamos. Una somos todas. Todas estamos unidas. Si nos tocan a una, nos tocan a todas” y un minuto de silencio por las víctimas de este terrorismo machista. Una batucada y un flasmob con el tema ‘Jerusalema’ cerraron unos actos en los que también participaron activamente las autoridades, encabezadas por la alcaldesa, Mamen Sánchez, y las delegadas de Acción Social e Igualdad, Carmen Collado y Ana Hérica Ramos.
Auria estudia en el IES Coloma y Ariadna en la UCA. Son amigas. Son mujeres. Ayer lo tenían claro. “Teníamos que venir”, aunque reconocían que habían tratado de convocar en vano a más compañeros. “Hay mucha información pero poca conciencia”, se quejan. Echan de menos a más gente. Cerca de ella está Mercedes Ocaña, de 72 años y de la Asociación Las Hijas del Sol, de Majarromaque. “Esta lacra tiene que terminar”, señala al tiempo que resalta la lucha de los colectivos en la zona rural. Varias generaciones unidas por un mismo objetivo urgente: que no las maten "por ser mujeres".