Hoy comienza el invierno en el hemisferio norte. El rey honorario de España, Juan Carlos I, estuvo con Rafa Nadal en Abu Dhabi hablando sobre sus deseos -cada vez mayores- de regreso a España. Al llegar a España, Nadal ha comunicado tener covid, a pesar de que “tanto en Kuwait como en Abu Dhabi pasamos controles cada dos días y todos resultaron negativos, el último siendo el viernes y teniendo los resultados en sábado…. he informado del resultado a las personas que han estado en contacto conmigo”. Lógicamente, entre ellas, al rey -según el decreto, honorario, pero llamado generalmente emérito-.
No es el peor -ambos se encuentran bien- ni el único contagio. Ha entrado ya en España otro virus, el de la eleccionitis. Empieza en Castilla-León. El presidente de esa comunidad, Fernández Mañueco, ha convocado elecciones para el 13 de febrero próximo. Lo ha hecho sin ninguna razón objetiva, sino por temores de deslealtades cruzadas con Ciudadanos. Ha negado a Inés Arrimadas hace solamente dos días la convocatoria y su vicepresidente (de Ciudadanos) se ha enterado de su cese y de la convocatoria electoral mientras estaba en un programa de radio. Es una convocatoria que sigue la estrategia de Pablo Casado y sigue la racha de Murcia y Madrid. En una -Murcia- con remodelación y transfuguismo de los consejeros de Ciudadanos y en otra -Madrid- con la destitución y pérdida de representación parlamentaria de Ciudadanos. La siguiente será Andalucía. Ciudadanos se prepara confiado en una convocatoria lejana -junio u octubre-, pero que anden con precaución porque las competencias son exclusivas del presidente.
Las elecciones son siempre una posibilidad para que la gente se exprese mediante el voto. El riesgo del presidente castellano-leonés, que no ganó las elecciones, pero que gobierna gracias a Ciudadanos, deja en el tablero dos conclusiones. La primera, que Ciudadanos ha resultado ser el partido más torpe -políticamente- del espectro político español. Ha perdido todas las oportunidades de presidir autonomías y la vicepresidencia de España para apoyar al PP, que es, a su vez, el partido que se ha propuesto acabar electoralmente con Ciudadanos. La segunda, que estas elecciones abren oportunidades a dos fuerzas políticas, a Vox y a las agrupaciones electorales de la la llamada España vaciada en las nueve provincias castellanas y leonesas. El 13 de febrero se verá el resultado.