Rafa Nadal, que afrontó algunos problemas en las dos primeras rondas del Abierto de EE.UU., se clasificó este sábado para los octavos de final del último Grand Slam del año tras derrotar con facilidad y en un partido plácido al francés Richard Gasquet por 6-0, 6-1 y 7-5 en dos horas y 17 minutos.
En octavos se verá las caras con el estadounidense Frances Tiafoe, que venció en la tercera ronda al argentino Diego Schwartzman.
Gasquet fue muy inferior a Nadal en las dos primeras mangas, perdió de forma consecutiva los nueve primeros juegos de la velada y solo en el último set consiguió plantar cara al español para evitar una auténtica paliza.
En cualquier caso, esta contundente victoria sirvió también para que Nadal ganara confianza -y ahorrara energías- antes de afrontar la segunda y decisiva semana del torneo.
El partido fue ideal para Nadal y una pesadilla para Gasquet, que vive una verdadera maldición con el español.
Contando el de este sábado en Flushing Meadows, Nadal y Gasquet, ambos de 36 años, se han enfrentado en 18 ocasiones y en las 18 ha cantado victoria el de Manacor.
Aún más llamativo es la racha de 34 sets consecutivos que se ha llevado Nadal ante Gasquet.
SIN REMONTADA
Nadal venía de perder el primer set en sus dos primeros encuentros en el Abierto de EE.UU. y de tener que remontar ante el australiano Rinky Hijikata y el italiano Fabio Fognini.
Parecía que el encuentro contra Gasquet iba a seguir un rumbo parecido cuando inició el partido con un 0-40, pero solo fue un espejismo.
Nadal resolvió las tres bolas de "break" en su contra para conservar su servicio, rompió el de su rival y se puso 3-0 desde su saque para despejar fantasmas.
Gasquet no encontraba herramientas ni recursos para responder al macizo y poderoso juego desde el fondo de la pista de Nadal, que movía a su contrincante a su antojo y que se llevó el set por 6-0 en 42 minutos.
En el segundo set no cambió el guión del partido, que para entonces era un monólogo absoluto de Nadal.
Con aire derrotado y desanimado, Gasquet deambulaba por la pista sin hallar respuestas: si subía a la red, Nadal le pasaba; y si intentaba dar batalla desde el fondo, el español le movía de lado a lado hasta triturarle.
Un extraño e impropio silencio se apoderó del estadio Arthur Ashe, la pista central del Abierto de EE.UU., ante la falta de emoción en el partido.
Tras nueve juegos en contra, Gasquet pudo por fin inaugurar su marcador cuando Nadal estrelló un resto en la red, un momento que el francés, con ironía pero también alivio, celebró con los brazos en alto y el público regalándole una gran ovación (3-1).
Ya con el segundo set en el bolsillo por 6-1, Nadal arrancó la tercera manga con un nuevo "break" y todo apuntaba a un nuevo paseo.
Pero entonces despertó Gasquet.
Con 2-1 en contra, Gasquet consiguió de volea romper por primera vez el servicio de Nadal y posteriormente se anotó un juego en blanco al servicio (2-3).
Mucho más suelto y agresivo, ya que tanto su derecha como su revés de repente le funcionaban de maravilla, Gasquet parecía otro jugador y el público se puso de su lado para intentar alargar el duelo.
Nadal no perdió los nervios en ningún momento, tampoco cuando Gasquet restaba con 4-5 para haberse llevado el set.
Con el encuentro mucho más disputado y emocionante en ese tramo, Nadal apretó los dientes al resto con 5-5, consiguió romper el saque de Gasquet con un revés paralelo desde la mitad de la pista y enfiló el camino a octavos ya sin mayores sobresaltos.