Maximino Couto, de 60 años, que cumplía condena por amenazas a su ex mujer, ha matado durante un permiso carcelario a su actual novia, quien había intercedido ante el director de la prisión de A Lama (Pontevedra), donde estaba interno, para que se lo concedieran.
El preso, que además ha herido a un matrimonio que había testificado en su contra en la causa por la que fue condenado, llevaba un dispositivo de GPS en su muñeca programado para que se activara una alarma en el momento en el que se acercase a la zona de exclusión establecida.
En este caso, las proximidades del domicilio de su ex mujer, de la que tiene una orden de alejamiento tras haber sido condenado a dos años y siete meses de cárcel por amenazarla, informaron a Efe fuentes de Instituciones Penitenciarias.
El Ministerio del Interior ha abierto una investigación para determinar si hubo algún fallo en este dispositivo de localización.
No obstante, según estas fuentes, de haber funcionado la alarma tampoco se podía haber evitado la muerte de la actual novia del preso, que nunca le denunció, ya que después de matarla fue cuando se encaminó a la casa de su ex mujer, que en ese momento no se encontraba en su casa.
Además del posible fallo en el sistema de seguimiento, se están investigando las circunstancias en las que el preso, que el 19 de diciembre hubiera quedado en libertad al concluir su condena, consiguió un permiso de cuatro días, de las mismas características a los que había disfrutado en otras ocasiones.
La semana pasada la víctima, María José Peso, de 57 años, fue a la prisión de A Lama para hablar con el director y pedirle que le otorgaran a su novio el permiso que había pedido para hacer diversos trámites y que se quejó además de que se le estaba tratando de forma más dura que a otros presos porque no se le había dado el tercer grado.
Una vez de permiso, el agresor mató a su novia, se dirigió al domicilio de su ex esposa en la parroquia de Mourente, en Pontevedra, pero no estaba en casa, tras lo que agredió con un cuchillo al matrimonio vecino, que había intervenido como testigos en el juicio por el que fue encarcelado.
Los miembros del matrimonio herido se encuentran ingresados en el Hospital Montecelo, de Pontevedra, con pronóstico estable, dentro de la gravedad.
El hermano de la víctima, José Peso, ha asegurado que no sospechaban que podría suceder una cosa así, aunque “sabíamos que (el agresor) era muy mala persona”, puesto que tenía una orden de alejamiento de su ex mujer.