Unas 23.000 hectáreas de cultivo en el Levante almeriense se han quedado sin agua procedente del trasvase del Tajo-Segura tras la decisión del Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno de España de transferir solo 7,5 hectómetros cúbicos de los 20 que se habían establecido en la Comisión de Explotación del Acueducto Tajo-Segura.
Son datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, cuya titular, Carmen Crespo, ya ha mostrado durante los últimos días de forma reiterada su disconformidad con este recorte de un trasvase del que depende el abastecimiento de 150.000 habitantes y el riego de estas 23.000 hectáreas de cultivos.
Según indica a EFE el portavoz de la Mesa del Agua y presidente de la Federación de Regantes de Almería (Feral), José Antonio Fernández, en el Almanzora y Levante almeriense no se verán afectado por igual el cien por cien de esas hectáreas, ya que algunos regantes pueden recibir otros aportes hídricos.
De acuerdo a los datos que aporta Fernández, unos 6.000 trabajadores y “otros tantos agricultores” sentirán el impacto de esta decisión del Gobierno de destinar los 7,5 hectómetros del trasvase al abastecimiento, sin aportación al riego.
Aclara que esto es algo que afecta a los cerca de 4,5 millones de árboles frutales como naranjos, mandarinos o limoneros de la zona, así como a los cultivos de hoja, como la lechuga, el brócoli o el ajo, que crecen al aire libre y no bajo invernadero.
“Lo más grave, aparte de que hayan cortado el Tajo-Segura, es que la desaladora de Villaricos -en Cuevas del Almanzora (Almería)- lleva diez años sin aportar agua. Justo hoy se cumple una década desde que quedó inutilizada. Nos han dado un plazo de cuatro años para ponerla en marcha. Si cumplen con esto, la arreglarán 14 años más tarde”, lamenta.
A esto se suma que tampoco este año se ha podido recibir aportaciones del Negratín. “Si no ha llovido, no nos podemos quejar por eso. Pero con el Tajo-Segura se trata de una decisión política y la comarca del Almanzora no atraviesa por la mejor situación para que lo corten”, insiste.
Por ello, recuerda que los propios regantes van a construir otra planta para desalación de agua que pueda suministra a este colectivo. Ha señalado en este sentido que en estos momentos tramitan toda la documentación necesaria para ponerla en marcha, y que la previsión es que aporte unos 30 hectómetros cúbicos de agua desalada.
El principal problema de los regantes es que, afirman tanto desde Feral como desde el Gobierno andaluz, los costes de producción se multiplicarán ya que para poder regar tras este corte, lo tendrán que hacer exclusivamente con agua desalada, cuyo precio es superior al de la que llega del trasvase.
Algo que, han aducido perjudicados y Junta, puede restar competitividad a estos productores frente a los de otros territorios nacionales. Por ello, Ejecutivo andaluz y regantes han reclamado en diferentes ocasiones al Gobierno una mayor bonificación del agua desalada para que ésta no supere los 0,30 euros el metro cúbico.