Todos tenemos, depende de los espacios y los tiempos, diferentes prioridades y contextos de vida, y es lógico que cambien y evolucionen. No hay soluciones milagrosas ni recetas mágicas para arreglar todos nuestros problemas o ser más felices.
En los fogones y en los hornos, hay quienes desarrollan el arte y la magia de la cocina y la repostería, de aquellos que nos estimulan el placer de nuestros sentidos. Tampoco tenemos remedios y píldoras para todo. Por ejemplo ¿Cómo resolvemos en estas fechas el estrés térmico? ¿Cómo hay todavía tanta gente que cierra los ojos a la evidencia y continua siendo negacionista con el cambio climático?
Hemos de superar las autocomplacencias y reconocer nuestros errores y la falta de autocrítica, no buscar excusas cuando hacemos algo mal intentando encontrar alguien o a quienes echarles las culpas. Encontremos siempre el lado positivo de las cosas y nos daremos cuenta que no nos va tan mal.
Observemos todas las paradojas de un mundo de chispas inesperadas y clichés disparatados y sesgados, y nos daremos cuenta que no llega antes, en la mayoría de las ocasiones, quien va más rápido, sino quien tiene claro cual es su destino.
Debemos aprovechar los momentos en los que nos sentimos felices, aquellos en los que tenemos despierto el lado más intuitivo y creativo de nuestra personalidad, mostrándonos firmes y valientes, procurando situarnos entre los mejores y colocándonos lejos de los peores y tóxicos, siendo utópicos pero no distópicos.
Aprovechando nuestras chispas y huyendo de los clichés, aprendemos a vivir solos o acompañados, entre rarezas y fragilidades, espejos y espejismos, cárceles imaginarias o libertades secuestradas, caras y cruces, limpiezas y suciedades, dopajes y trampas.
Estamos en nuevos tiempos, en la que nos acechan amistades peligrosas y enemigos silenciosos, incógnitas sin despejar y enigmas sin resolver. Cuando tenemos que hacer frente a momentos de inquietud para tomar una decisión, que a veces está en escoger el camino más difícil.
Cada mañana el sonido del despertador nos presentan el retorno a las mismas historias, que nos recuerdan el día de la marmota, y cuando surgen las chispas de las sorpresas se rompen los clichés de las rutinas. Lo que no debemos es aburrirnos nunca.
Si sabemos unir nuestras chispas de inteligencia y voluntad, todo saldrá como deseamos y seremos conscientes que detrás de nuestros éxitos hay muchos esfuerzos que otros no ven, y que demuestran nuestro compromiso y sensibilidad y generosidad.
Cuando somos capaces de sacar al exterior lo mejor de nosotros mismos, mostraremos a nuestros semejantes, todas las cosas que salen de nuestro corazón si nos encontramos bien., y veremos el destino con claridad como nuestro mejor amigo y guía.
Nuestro sentido de la lucha nos mantiene curiosos y vivos, pero debemos saber esperar para actuar con la cabeza y no dejarnos llevar de las emociones. Los días llenos de alegría y satisfacción, en los que tenemos la suerte de nuestra parte, se suelen traducir en éxito y satisfacción en lo relacionado con nuestro trabajo y asuntos materiales.
En realidad lo que nos hace más felices es el cariño y la admiración de los demás, que se sienten afortunados de tenernos, ya que aunque los problemas no puedan con nosotros, tendremos mucha envidia alrededor.