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Miércoles 27/11/2024
 
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Sevilla

Los protagonistas de la Séptima

Los protagonistas de la Séptima Copa de la Europa League son varios y aquí los desgranamos

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  • Algunos de esos protagonistas. -

MENDILÍBAR, EL AUTOR DE LA METAMORFOSIS. Después de la salida de Julen Lopetegui y de la fallida etapa del argentino Jorge Sampaoli, el Sevilla echó mano de un técnico modesto, con un discurso humilde, claro, sencillo, lejos de los considerados 'top', pero conocedor de LaLiga. El equipo estaba en la lona, en una situación más que delicada, en peligro de descenso.


Y la irrupción de 'Mendi' ha sido espectacular, providencial. No solamente consiguió sacar al equipo de la UCI en el torneo liguero, sino que en su primera gran experiencia internacional ha logrado guiar al Sevilla a su séptimo título. Ha sido el conductor ideal para reanimar a una plantilla que estaba hundida y que, tras superar a grandes rivales, favoritos sobre el papel, como Manchester United y Juventus, ha conseguido, tras superar al Roma, devolver la gloria al sevillismo en su torneo fetiche.

La plantilla, como aseguraron todos sus componentes tras el encuentro del Puskas Arena de Budapest, está a muerte con 'Mendi'. Ahora falta saber, cuando termine este domingo LaLiga, si los rectores del club confirman o no su continuidad. Llegó para tres meses y se ha ganado el corazón de sus jugadores y de todo el sevillismo.

MONTIEL, OTRO PENALTI PARA LA HISTORIA. No lo está teniendo fácil el internacional albiceleste en el Sevilla, donde es habitualmente el suplente del gran capitán Jesús Navas. Pero aún así el lateral diestro de González Catán ha vuelto a ser protagonista, como le ocurrió en la final del pasado Mundial de Qatar 2022 en Lusail ante Francia.

Aquella noche catarí, donde también fue suplente, fue el encargado de transformar el penalti decisivo que encumbró a la gloria a la selección argentina de Lionel Scaloni, en la que también estaban sus compañeros en el conjunto andaluz Marcos Acuña y 'Papu' Gómez.

En Budapest volvió a comenzar en el banquillo y fue el encargado de reemplazar a un exhausto Jesús Navas. Cumplió atrás y volvió a ser el protagonista del lanzamiento de penalti que certificó el título. En esa oportunidad con suspense. Su lanzamiento fue detenido por Rui Patricio, pero el meta luso se había adelantado. Montiel aprovechó la bola extra. Cambió su tiro de lado y selló la Séptima.

BONO, EL MURO. También está viviendo un año increíble el internacional marroquí. Fue una de las claves para que su selección alcanzara las semifinales del Mundial. Determinante en los partidos y, por ejemplo, en la tanda de penaltis de octavos contra España.

Bono, titular indiscutible antes de la llegada de Mendilíbar, ha sabido asumir el hecho de que el técnico vasco se decantara por el serbio Dmitrovic para LaLiga y por él para el torneo europeo.

Y ha respondido como suele, con una firmeza bajo palos extraordinaria, clave durante la competición y, como no podía ser menos en la final, en la que levantó un muro ante las intentonas del Roma y en los penaltis detuvo dos, uno con las piernas y otro con los dedos, para impulsar al Sevilla hacia un nuevo momento de gloria. Fue declarado mejor jugador de la final.

JESÚS NAVAS, EL ETERNO CAPITÁN. Por derecho propio, el estadio principal de la ciudad deportiva sevillista lleva su nombre. Es el hombre récord de la historia del club. Pese a sus 37 años parece que sigue siendo aquel niño que salió de Los Palacios.

Infatigable. La banda derecha, ahora partiendo desde atrás, sigue siendo suya, y suyo fue el centro que significó el empate en el Puskas Arena, como ha hecho tantas y tantas veces a lo largo de su carrera, tanto en el Sevilla, como en la selección, donde participó en la jugada que acabó en el histórico gol de Andrés Iniesta en el Soccer City de Johannesburgo.

RAKITIC/FERNANDO, 70 AÑOS ENTRE AMBOS COMO SI FUERAN 40. Iván Rakitic y Fernando Reges. Otros dos 'jovencitos'. Entre ambos suman 70 años. Los dos tienen 35. Y, de nuevo, en un fin de temporada estelar, fueron los dueños del centro del campo de la final. Sostuvieron e impulsaron al Sevilla. Dos ejemplos de sabiduría en el terreno de juego.

Un remate de cabeza elevado de Fernando y un lanzamiento a la madera de Rakitic con un tremendo zurdazo significaron el inicio de la reacción del Sevilla en Budapest. El croata acabó levantando la copa junto a Jesús Navas.

OCAMPOS, DEL INFIERNO AL DELIRIO. Lucas Ocampos ha vivido en una misma temporada la cara y la cruz del fútbol y de la vida. Como recordaba el propio internacional argentino al acabar la final, hace bien poco estaba viviendo un infierno en el Ajax, sin opción de jugar ni de entrenar con sus compañeros.

Su regreso al Sánchez-Pizjuán le ha devuelto a la vida, y al conjunto andaluz le ha revitalizado con su voracidad, su esfuerzo inagotable en ataque y en defensa y su calidad.

EN-NESYRI, DETERMINANTE SIN GOL. Youssef En-Nesyri no tuvo su mejor noche en el Puskas Arena en la final, pero indudablemente su trabajo es de esos oscuros, con muchos intangibles, de los que no se ven. Trabajó sin cesar tanto para dificultar la salida del balón del Roma como para tratar de desequilibrar la firme defensa del cuadro de Jose Mourinho.

No pudo con Smalling y Mancini, pero su labor es de esa que agradecen todos los entrenadores. Tuvo pocas opciones y le costó encontrar el camino del peligro, pero nunca se desanimó. El marroquí ha sido clave en el torneo. Ha sido el máximo goleador sevillista en esta Liga Europa con cuatro dianas, más las que ha generado.

SUSO/LAMELA, ZURDAS DE ORO PARA REVOLUCIONAR LA FINAL. Tras una primera mitad en la que el Roma fue superior al Sevilla en el juego y en el marcador, Mendilíbar lo tuvo claro y, como en anteriores encuentros, echó mano de dos de las zurdas de oro de este equipo, Suso y Lamela.

El gaditano y el argentino cambiaron el decorado del partido, con su capacidad para moverse entre líneas, su manejo de balón, su visión, desequilibraron el entramado montado por los hombres de Mourinho. El Sevilla mejoró, se hizo con el partido y consiguió equilibrar el marcador y forzar los penaltis que le dieron el título.

GUDELJ, IRREDUCTIBLE. El serbio Nemanja Gudelj se ha convertido en el chico para todo ante los interminables problemas del Sevilla en la demarcación de defensa central. Llegó como un mediocentro reputado y debido a las bajas estos últimos años ha jugado más en la zaga que en la medular.

Su rendimiento es generalmente de notable alto. Es un tipo de jugador imprescindible en toda plantilla. Firme en el marcaje, pleno de concentración, capacidad para sacar el balón jugado, volvió a cuajar una actuación más que destacada hasta que, tras un choque con Roger Ibáñez, le afectó a una rodilla y se tuvo que retirar poco antes del final.

Lo había dejado todo en un momento especialmente duro, tan solo unos días después de que su pareja perdiera el bebé que estaban esperando.

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