“Esto favorecía a las bodegas de Fedejerez, que tenían un mercado consolidado y podían seguir vendiendo lo mismo, y perjudicaba a las que estaban en proceso de expansión, limitando sus ventas, pues sólo podían vender, como máximo, un porcentaje inferior a la media de las cinco últimas campañas”, según aseguraron.
Ante esta situación, según Grupo Garvey, con cinco bodegas en el marco y mas de 100.000 botas de existencias, tuvo que “defender su posición”, pues “siendo una empresa en claro crecimiento y apostando enérgicamente por Jerez, vio cómo de forma discriminada y de manera singular, su cupo se veía reducido desde un 37 por ciento de sus existencias a menos del 14 por ciento”.