La llegada de un bebé llamado Álvaro se ha convertido en el gran acontecimiento de las últimas semanas en la aldea onubense de Navahermosa, donde no nacía un niño desde hace 31 años.
Con una población fija de 30 habitantes, la aldea, según fuentes cercanas a la familia, sigue celebrando la llegada del bebé, que nació en septiembre, mientras construyen un belén navideño que reproduce a gran escala sus casas y calles.
La aldea depende del municipio de Galaroza, que en invierno no supera los 30 habitantes, aunque los fines de semana y en verano aumenta su población.
De hecho, cuenta con unas 60 viviendas en su casco urbano y varios cortijos en los campos, pero su población censada no subía de las 30 personas.
A pesar de su escasa población, cuenta con una biblioteca y salón de actos, entre otros servicios, y en Semana Santa celebró un concurso de torrijas en el que prácticamente participaron todos los vecinos.
Además, la Asociación Navahermosa Viva Participa organizó el pasado abril una Feria del Libro que atrajo la atención tanto de los vecinos como de visitantes de municipios cercanos.
