Antonio Juliá, candidato a la presidencia del Colegio de Enfermería de Cádiz, trató en vano esta mañana de que se suspendieran las elecciones de la institución. Juliá ha denunciado diversas presuntas irregularidades en el proceso. “Se ha cambiado el diseño de las papeletas y se nos negó tener más, lo que es un posible delito de prevaricación que se ha trasladado al juzgado de instrucción número cuatro”, ha advertido.
El último agravio para la lista que pretende sustituir a la que encabeza Rafael Campos, que suma 17 años al frente del colegio y confía en sumar otros cinco, fue el rechazo a la solicitud de voto por correo de más de medio millar de personas este miércoles.
“Presentamos una candidatura joven, nueva, proactiva, queremos hacer las cosas bien, (Campos) ha tenido mucho tiempo para hacer cosas, queremos un relevo”, ha explicado para cargar contra la falta de transparencia, en su opinión, también en el modo de dirigir el colegio del actual presidente.
Con un presupuesto de 2,3 millones de euros anuales, según Juliá, 970.000 se destinan a personal, “pero no se sabe quién y cuánto cobra”.
Entre las propuestas para esta nueva etapa que plantea, Juliá defiende rebajar la cuota de 25 euros mensuales, “una de las más altas de España”, u ofrecer un plan formativo renovado.
Campos, por su parte, niega la mayor. Apunta que se han dado las explicaciones pertinentes a cada una de las objeciones expresadas por la otra candidatura y, en cuanto a la solicitud de voto por correo de medio millar de colegiados, argumenta que los estatutos apuntan que hay que presentarlas con tiempo de antelación, en ningún caso a menos de 24 horas de la cita con las urnas porque es materialmente imposible remitir un correo al interesado tras comprobar que todo está correcto y que éste devuelva, también por correo, su voto.
“Conociendo las formas de actuar del candidato contrario, que ya hizo algo parecido hace diez años, decidimos no entrar en debate ni en confrontación”, señala. “A partir de mañana, será otra historia, ya habrá tiempo para ir a los tribunales”, avisa.
Pero se muestra convencido de que tendrá más apoyos porque “hay proyectos en funcionamiento que han sido reconocidos” por otros colegios y el proyecto con el que concurre a las elecciones “ha tenido una buena acogida” en hospitales, centros de salud y entre los compañeros jubilados que siguen colegiados.
Campos afea, finalmente, la estrategia de Juliá en un momento “delicado” para la profesión y lamenta que “el ruido pueda generar desconfianza” entre los colegiados y hasta “en las personas que cuidamos”.
A falta del escrutinio, en el caso de que se imponga la dirección actual, todo hace indicar que la candidatura de Juliá impugnará el resultado ante el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería y baraja igualmente recurso contencioso-administrativo.