En una entrevista con Efe al alimón para hablar del "delirio" con el que estarán todos los lunes en el Teatro Alcázar de Madrid, Carlos Faemino y Javier Cansado dejan claro que lo suyo es tronchar todas las convenciones del "artisteo": no hacen "temporada", actúan un máximo de diez días al mes, están siempre de gira por España y dedican a la promoción lo mínimo imprescindible.
Faemino.- Nos aprovechamos del entusiasmo de esos fans que dominan la informática y que nutren YouTube o nos hacen páginas web, con las que nosotros no tenemos nada que ver. Lo bueno es que los vídeos son de muy mala calidad y entonces tienen que venir a vernos. Parece un marketing hecho por nosotros.
Pregunta.- En 23 años juntos sólo han hecho cinco espectáculos, una ratio creativa escasa.
Cansado.- Es mentira. Cuando estrenamos un espectáculo y luego lo vuelves a ver ya no es el mismo. Se sigue llamando igual, los mismos personajes y el mismo orden pero todo el contenido ha cambiado. Es más, este es el último espectáculo que hacemos en la vida. A partir de ahora se va a llamar siempre "Parecido no es lo mismo", y así acabamos con esa lucha de derechos de autor y todo eso.
F.- Nos hemos esclavizado un poco, no se si de la ortodoxia o de la burocracia, y sufrimos porque pasamos el 80 por ciento del tiempo explicando que el espectáculo es nuevo.
C.- También nos dicen mucho que no gastamos nada en vestuario. Pues es verdad. Hacemos un personaje si tenemos ropa para hacerlo, si no, no hacemos nada.
F.- A lo único que seríamos sensibles es a que nos dijeran 'no nos hemos reído'. Eso sí merecería una reflexión.
C.- Eso es demoledor. No importa que te hagan una crítica muy elogiosa o digan que estás en la vanguardia...
F.- Si no se ríen sabes que te tienes que retirar esa misma noche. O ese trimestre.
C.- Somos tan chulos que no decimos que buscamos sonrisas sino carcajadas. La sonrisa es como más inteligente, pero cuando te ríes pierdes los papeles, te 'esmurras', eres un animal. Por ejemplo, imagínate una persona cool...
F.- ¿El Papa?
C.- No, el Papa no es nada cool.
F.- Bueno, se viste muy bien...
C.- Sí, pero con ropa de hace mil años.
P.- ¿El espectáculo lo han preparado en un retiro en Soria como dice una de esas páginas web que les hacen o eso también es mentira?
C.- (Risas). Es mentira. Lo preparamos en Madrid, en casa, y llevamos con él año y medio de gira por toda España. Ya está muy rodado.
P.- ¿Por qué lo hacen sólo los lunes?
C.- Porque no hacemos temporada. Nunca actuamos más de diez días al mes y en el Alcázar haremos sólo diez funciones y si se llena y tal haremos 20, pero ya, porque la última vez que hicimos temporada, hace once años, durante tres meses, en el Apolo de Madrid, quedamos tan ahítos que dijimos 'nunca más'. Por eso nuestras giras son erráticas y en pequeñas salas de Gijón, Yecla, Barcelona...
F.- Eso nos gusta. Mucho.
C.- Queremos que cada vez que actuemos sea fiesta, que no sea ir a la oficina. Pero que nadie se equivoque: llevamos una vida muy sensata. Nos propusieron hacer un documental para la tele y cuando vieron que cuando salíamos del teatro nos íbamos para el hotel a dormir nos dijeron 'esto es como acabar de una vez por todas con el mito de los artistas'. Para nosotros actuar es la catarsis y el resto de la vida somos consuetudinarios.
P.- ¿Entonces por qué vuelven a un teatro?
C.- Es a petición del público porque siempre nos estaban diciendo que conseguir entradas para vernos en Galileo Galilei ("su" sala en Madrid) era muy difícil.
F.- Como no vengan ahora... les hemos cazao.