Después de una campaña cerealista de 2009 bastante mala en calidad y cantidad, muy perjudicada por las intensas lluvias, para este año agrícola, que en Chiclana comenzó en San Miguel (29 de septiembre), la alternativa que se está tomando en la mayoría de las explotaciones es la siembra de triticale, un cereal sintético obtenido a partir de la hibridación de trigo (Triticum aestivum) y centeno (Secale cereale); desarrollado después de los años 60 y que se cultiva sobre todo como cereal forrajero.
El alto coste de los tratamientos fitosanitarios para el trigo y la alta incidencia de hongos se une la subida de los fertilizantes y abonos, lo que ha hecho que los cerealistas chiclaneros opten por un producto de baja calidad y poco exigente.
A esta situación de búsqueda de rentabilidad se une la falta de respuesta de la Política Agraria Común (PAC) a los cultivos extensivos y los tratados de la Unión Europea con terceros países.
"Estamos subsistiendo", lamenta el miembro de la ejecutiva provincial de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Ángel Ruano, que añade que "estamos sujetos a los vaivenes especulativos de los mercados".
Ganadería
Por su parte, el sector ganadero del municipio se encuentra en una situación similar. Aunque las lluvias benefician al crecimiento de los pastos que reduce el coste en alimentación del ganado, el aumento del precio de los cereales ha provocado que los productores hayan aguantado la inversión prevista.
Un caso especial es el del caprino, donde los bajos precios de la leche se han igualado con los precios de los piensos, llegándose a igualar un litro de leche con un kilo de pienso.
En cuanto a chivos para carne, cuya venta aumenta en la campaña de Navidad, este año se ha constatado una reducción del 30 por ciento en el precio del kilo de carne, pasando de algo más de seis euros a menos de cuatro, aunque se mantiene el alto precio que pagan los consumidores en los centros comerciales.