Las movilizaciones convocadas por la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) durante el verano de 2023 por el despido de cuatro trabajadores de Mecamansol, firma colaboradora, mantuvieron en vilo a la plantilla de Navantia y gran parte de la industria auxiliar con la pérdida de dos reparaciones de buques ya programadas.
El abrumador no por parte del 86,25% de la plantilla de las empresas auxiliares a la huelga indefinida planteada por CTM y el diálogo entablado para la reincorporación de los empleados que se quedaron en la calle calmaron los ánimos y devolvieron la normalidad al astillero de Cádiz, que ya entonces, todavía hoy y de cara a futuro, tiene una carga garantizada con picos de hasta 1.400 operarios para cumplir los encargos.
Este episodio sirvió, no obstante, para poner de manifiesto que, tal y como apuntaba a VIVA CÁDIZ el presidente del comité de empresa, José Antonio Bolaños, “el ritmo de trabajo es infernal”, de modo que es muy habitual “prolongar las jornadas por las tardes, sábados y domingos”. Por ello, una treintena de delegados sindicales se reunió con la dirección del astillero para plantear a Navantia la necesidad de bloquear los tornos a los compañeros que hayan alcanzado el máximo de horas en el tajo según la normativa. “Es barato y sencillísimo”, remarcó Bolaños, confiado en que la empresa pública aceptará la iniciativa. Y mandó un recado a los empresarios: no se pueden intercambiar asalariados para burlar la ley y, si hay prisas por cumplir los encargos, habrá que reforzar las plantillas.
Nueve meses después, la medida se pondrá en marcha. La empresa pública ha informado a los trabajadores que, a partir del 1 de julio, “el bloqueo de tornos será efectivo para todas aquellas personas cuyo tiempo de permanencia fuera de nuestras instalaciones sea incompatible con el descanso exigido por la reglamentación laboral”.
