Irene se desplaza por el este de Carolina del Norte (Estados Unidos) con vientos máximos sostenidos de 140 kilómetros por hora, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, en su boletín de las 18.00 GMT de ayer.
El ojo del huracán tocó tierra ayer cerca de cabo Lookout, en Carolina del Norte, según el CNH, con sede en Miami.
Irene embiste la zona como un ciclón de categoría 1, la mínima en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, y se pronostica que comenzará a perder intensidad en las próximas horas.
Se traslada hacia el norte-noreste a 20 kilómetros por hora y acelerará su marcha para cruzar el noreste de Carolina del Norte para luego avanzar hacia el centro de la costa atlántica esta noche y llegar al sur de Nueva Inglaterra el domingo.
El huracán, que podría afectar a unos 65 millones de personas, estaba localizado a las 18.00 GMT de ayer 70 kilómetros al oeste de cabo Hatteras, en Carolina del Norte, y a 155 kilómetros al sur de Norfolk, en Virginia.
Se ha emitido un aviso de tormenta tropical (paso del sistema en 36 horas) para la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
Irene arrojará entre 15 y 30 centímetros de lluvia desde el este de Carolina del Norte hasta Nueva York y Nueva Inglaterra, según el CNH.
“Esas lluvias en combinación con las caídas las pasadas semanas podrían causar inundaciones extensas y repentinas que representarían un peligro para las personas, además de caídas de árboles, por estar los suelos saturados de agua”, alertó.
Tras el arribo de Irene, cerca de 400.000 hogares se han quedado sin electricidad en la costa de Carolina del Norte.
Este es el primer ciclón que impacta territorio estadounidense desde 2008 cuando Ike tocó tierra en Galveston (Texas).
Las marejadas provocadas por Irene, que dejaron al menos seis muertos a su paso por el Caribe, están afectando a gran parte de la costa este de Estados Unidos con olas “grandes y destructivas” y peligrosas corrientes marinas.
El CNH advirtió que es posible la formación de tornados aislados en el sureste de Virginia.
NUEVA YORK, EN ALERTA
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, pidió ayer a la población que todavía no ha evacuado las zonas que corren más riesgo de inundarse por la llegada del huracán ‘Irene’ que empiecen a buscar refugio “ya” y recordó que, a partir del mediodía, no tendrán transporte público para hacerlo.
“Si tienen que irse, deben empezar ahora mismo”, afirmó el alcalde en una comparecencia ante la prensa en Brooklyn, en la que advirtió a los neoyorquinos que la tormenta va a ser “muy seria” y dijo que pese a que ‘Irene’ se ha debilitado al tocar tierra “hay que prepararse para el peor escenario”.
Bloomberg estimó que la orden de evacuación “obligatoria” de las zonas por debajo del nivel del agua afecta a unas 370.000 personas, a las que instó a abandonar “lo antes posible” y buscar protección en casas de familiares o amigos o en alguno de los refugios repartidos por la ciudad “con capacidad para 70.000 personas”.
El alcalde indicó que hasta ahora la prioridad son las personas más vulnerables, sobre todo enfermos y ancianos, y dijo que desde el viernes se han evacuado a 7.000 pacientes de los hospitales situados en zonas de peligro. “No podemos tomar riesgos”, dijo.