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El Partido Laborista reconstruirá los campamentos de verano en Utoya

Las juventudes laboristas han apuntado que desde el día de la masacre el partido ha recibido más de 68 millones de dólares (53 millones de euros) en donaciones para este propósito

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Las juventudes del Partido Laborista de Noruega han anunciado este viernes que invertirán unos 60 millones de dólares (alrededor de 47 millones de euros) en la reconstrucción de los campamentos de verano en la isla de Utoya, escenario de la matanza perpetrada el verano pasado por Anders Behring Breivik que se saldó con 69 muertos.

   Las juventudes laboristas han apuntado que desde el día de la masacre el partido ha recibido más de 68 millones de dólares (53 millones de euros) en donaciones para este propósito. "Estamos muy agradecidos por todas las contribuciones que dan la oportunidad de reconstruir Utoya como un sitio en el que la gente joven puede reunirse para hablar de política", han dicho, según ha informado el diario noruego 'The Local'.

   El líder de la Liga de Jóvenes Trabajadores, Eskil Pedersen, ha reconocido que las opiniones sobre el futuro de la isla son varias y que muchos supervivientes se han mostrado en contra del proyecto. "Hemos intentado tener en cuenta a tantos como ha sido posible, pero creemos que es mejor que la isla sea un lugar de celebración de actividades y que no sea desperdiciada", ha manifestado.

   Las juventudes laboristas contemplan también la construcción de un monumento a las víctimas en la parte suroccidental de la isla, según ha recogido la agencia rusa de noticias RIA Novosti. Además, han decidido que los futuros campamentos no se celebren en la fecha de la tragedia ni en fechas cercanas.

   Breivik fue condenado a finales de agosto a 21 años de prisión por el tribunal de Oslo por la matanza La pena de 21 años de cárcel. La pena podría ampliarse a su conclusión si las autoridades consideran, pasado ese tiempo, que sigue siendo un peligro para la sociedad.

   Muchos supervivientes y familiares de las víctimas habían reclamado que se declarase sano, ya que, en caso contrario, hubiera disminuido su responsabilidad por los ataques.

   El propio Breivik había advertido de que presentaría un recurso si el tribunal lo consideraba mentalmente incapaz y lo hubiese encerrado en un psiquiátrico en lugar de en una cárcel. La fiscalía había pedido su reclusión en un psiquiátrico, mientras que los expertos médicos consultados a lo largo del proceso habían dado versiones contradictorias en torno a la salud mental de Breivik.

LA MATANZA

   Noruega vivió ese 22 de julio su peor tragedia desde la II Guerra Mundial. Para el autor confeso de la masacre, su acción tenía un motivo. Actuó, según alegó durante el juicio, por "necesidad", en aras de una ideología nacionalista y por odio hacia el multiculturalismo.

   Durante diez semanas, un tribunal de Oslo ha escuchado a testigos, expertos y al propio acusado para averiguar los motivos y circunstancias de la matanza, que comenzó con la explosión de un coche bomba frente a oficinas gubernamentales en la capital noruega. Ocho personas fallecieron en este primer ataque, mientras que otras 69 --en su mayoría adolescentes-- perdieron la vida en el tiroteo indiscriminado que Breivik perpetró en la isla de Utoya.

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