Afectados por las participaciones preferentes y obligaciones subordinadas de Novagalicia Banco acamparon este viernes ante una sucursal de la entidad financiera en Cangas (Pontevedra), y aseguran que mantendrán su protesta "hasta que el cuerpo aguante" o consigan la devolución de su dinero.
En concreto, se trata de Antonio Graña, un hombre de 63 años con una suma elevada de dinero invertida en este tipo de productos pero que asegura que no firmó "ningún tipo de contrato", y Sonia Pardo, cuya madre e hija también tienen ahorros atrapados.
Graña, que tiene una minusvalía declarada del 38% --con fibromialgia, atraviesa un periodo ansioso-depresivo--, ha destacado a Europa Press que solicitó el arbitraje del Instituto Galego de Consumo el pasado 15 de mayo. Sin embargo, no ha recibido ninguna notificación. Igualmente, Pardo también reclamó esta vía en mayo y, ante la falta de respuesta, insistió en septiembre.
Ambos viven un "momento de desesperación", por lo que han optado por la acampada --Sonia Pardo ha dormido en el interior del cajero-- para forzar al banco a que les ofrezca una solución.
VISITA DE LA GUARDIA CIVIL
Por su parte, el grupo de personas que mantiene un encierro en un cajero de NCG en Gondomar afirma que continuará "hasta que llegue una sentencia judicial" que les obligue al desalojo.
De hecho, este viernes fueron "invitados" a abandonar el cajero por la Guardia Civil, pero Rocío, una de las participantes en la protesta --a la que le requirieron el DNI y el número de teléfono--, ha asegurado a Europa Press que abandonar el lugar "sería una bajada de pantalones" y no se irán hasta que no haya una sentencia o el banco les "llame".
"Yo estoy muy tranquila. Y si nos obligan, no quedará más remedio que irse, pero ya veremos luego lo que hacemos", ha advertido.