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"Hay que capear el temporal, cosa que sabemos hacer los marinos"

El Almirante de la Flota preside la Pascua Militar en San Fernando y destaca un adiestramiento "creíble, aunque menor del deseado" en la Armada.

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  • Discurso del Alflot -

El Almirante de la Flota (Alflot), Santiago Bolíbar Piñeiro, presidió en nombre del Rey la Pascua Militar este domingo en el acto que tuvo lugar en el salón del trono del Palacio de Capitanía General de San Fernando. El Alflot ostenta la representación institucional de la Fuerzas Armadas en el territorio abarcado por las provincias de Almería, Cádiz, Granada, Huelva y Málaga.

Tras pasar revista a la Fuerza compuesta por tres secciones de Infantería de Marina, Marinería y Ejército de Tierra, compañía de honores y banda de música y saludar a las autoridades presentes, entre ellas el alcalde de la ciudad, José Loaiza García y el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torres, Bolíbar inicio el discurso recordando a los que ya no están, especialmente al teniente de navío Javier Ignacio Linares Fernández, segundo del cazaminas Asturias y al cabo primero Rubén Sixto Félix, de la dotación de la fragata Blas de Lezo, fallecido mientras navegaba.

El Alflot hizo recuento de las misiones en las que están presentes las Fuerzas Armadas y la Guarda Civil, que  tienen desplegados en el extranjero 3.012 hombres y mujeres, de los que 318 corresponden a la Armada, “todos ellos sirviendo a la Patria y alejados de sus familias en estas fechas tan señaladas”.

Las Fuerzas Armadas Españolas están desplegadas en Afganistán, Líbano, Bosnia, mares Mediterráneo y Rojo “contribuyendo a afianzar la posición de España en el mundo y su compromiso con la paz y la seguridad internacional”.

Tampoco se olvidó el Alflot de los destinados a misiones de vigilancia ni de los desplegados en el continente antártico en apoyo de la investigación científica, además de las misiones que realizan las Fuerzas Armadas de apoyo a la población civil y al medio ambiente. En el caso concreto de la Armada, señaló las misiones humanitarias y de salvamento marítimo, las campañas contra el fuego en Galicia y las desactivaciones de explosivos llevadas a cabo.

Colaboración

El Alflot manifestó que la presencia en la mar “ha disminuido de forma señalable”, aunque “hemos podido continuar con nuestros buques en el Golfo de Guinea y costas de Africa para potenciar la relaciones bilaterales”. También se mantuvo un buque de vigilancia en Terranova y otro en el continente antártico y “aunque más corto, cuatro meses”, el crucero de instrucción del Juan Sebastián de Elcano.

El Alflot destacó la colaboración de las Fuerzas Armadas con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado españolas y de otros países en la lucha contra el crimen organizado y contra la inmigración ilegal.

En la Fuerza de Acción Naval y en la Fuerza de Infantería de Marina, además de su participación, resaltó el esfuerzo realizado en el aprovechamiento de los recursos manteniendo con “muy poco” un nivel de adiestramiento “creíble, aunque menor del deseado, imposible de alcanzar con los recursos actualmente disponibles, pero que ha permitido acometer todas las operaciones ordenadas de forma ejemplar y brillante”.

Como nuevas unidades de la Armada, el Alflot mencionó el Buque de Acción Marítima Relámpago recibido el 6 de febrero de 2012 y la fragata 105 Cristóbal Colón, recibida el 23 de octubre. Está pendiente de completarse la entrega del cuarto Buque de Acción Marítima Tornado que está prevista para el 26 de enero próximo. Igualmente, la entrega a la Armada senegalesa de la patrullera Conejera.

En el campo de las bajas mencionó al buque de Pizarro, la corbeta Diana y el patrullero de altura Chilreu y el “cambio de situación” del portaaviones Príncipe de Asturias. “Algunos de estos hechos estaban previstos y otros han sido acelerados por la disminución del recurso económico”.

Crisis económica

“Es evidente que para cumplimentar con éxito estas misiones es necesaria una preparación y dedicación muy exigentes para todos los miembros, ya sean de la Armada por las por nosotros llevadas a cabo, ya de las Fuerzas Armadas para las conjuntas. No basta con la profesionalidad y espíritu de servicio de los que son desplegados, pues esto no sería posible sin el apoyo de muchos que desde sus destinos en territorio nacional apoyan estos despliegues”.

“Todos somos conscientes de la difícil situación económica en la que estamos inmersos, pues nuestra responsabilidad es mantener a las fuerzas que van a ser desplegadas preparadas para cumplir la misión que se le asigne, ya en misiones de paz, ya en misiones permanentes y colaboraciones. Para ello debemos ser muy exigentes en la búsqueda de la máxima eficiencia y saber afrontar las inevitables limitaciones que la situación impone”.

Bolívar señaló que hay que seguir aplicando esfuerzos en la aplicación de medidas de austeridad y orientar nuestro trabajo con prioridad en las capacidades que requieran los escenarios más probables de actuación.

“Hay que capear bien el temporal, cosa que sabemos hacer los marinos, sufriendo los embates del momento, tratando por todos los medios que el buque no se vea afectado. Es decir, que los Ejércitos y la Armada mantengan una adecuada capacidad operativa”.

El origen de la Pascua Militar

La Pascua Militar es una ceremonia que tiene su origen el 1782, cuando, reinando Carlos III, las tropas franco españolas recuperaron el fuerte de San Felipe que defendía Mahón, en la isla de Menorca. Dicha capitulación permitió la recuperación de la soberanía española sobre la isla, que, desde el Tratado de Utrecht, había quedado en manos británicas, al igual que Gibraltar.

  La campaña para recuperar la isla de Menorca se inició el 23 de julio de 1781, cuando una escuadra de 70 buques de transporte con 8.000 soldados a bordo, escoltados por varias unidades, y al amparo de la Escuadra del Almirante Luis de Córdoba, salió de Cádiz con rumbo al Estrecho. Al  mando de la fuerza de desembarco iba el duque de Crillon, el cual atacó Mahón el día 19 agosto al mando de sus tropas. Dicha ciudad estaba defendida por el fuerte de San Felipe.

La plaza y el fuerte fueron cañoneados por los navíos y fragatas de la escolta, mientras la infantería desembarcaba en la Cala Mezquita. Los ingleses se replegaron al fuerte, totalmente desprevenidos, abandonando sus posiciones. Ciudadela y Fornels se ocuparon con escasa resistencia.

En Mahón, los barcos de escolta forzaron la entrada al puerto y apresaron 3 fragatas y 6 embarcaciones menores que estaban refugiadas al abrigo del fuerte de San Felipe, donde 600 marineros y 2.000 soldados ingleses estaban atrincherados. Finalmente se rindieron el 4 de febrero de 1782, tras tenaz y valerosa resistencia.

Ese mismo día, la guarnición inglesa, compuesta por los Regimientos Británicos 51 y 61, tropa y marinería de la Royal Navy, así como los Regimientos de la Liga de Hannover Príncipe Ernst y Goldacker, al mando del General James Morrison, abandonó sus posiciones. Desde entonces, se instauró la fecha del 6 de enero como día para la celebración de la Pascua Militar.

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