Todo lo que cae –las fotos de Feijóo, la Infanta en el banquillo y con la futura imagen la mayor crisis institucional de la monarquía, el anuncio de que lo siguiente será la fiscalización e irregularidades en la concesión de cursos de formación y, con ello, los sindicatos, supongo que entre otros, temblando porque ese paño tiene tela, Griñán pidiendo perdón, Aguayo metiendo a Viera en el saco de los culpables con lo del ERE y contradiciendo al jefe, y sigue, y sigue…- es tan tremendo que a uno cada día le cuesta más centrarse, ensordecido, en su tarea ante el fétido olor de una basura que al unísono parece haber decidido descomponer en el mismo instante e inundar de apestoso aroma todo el país, todo lo que se hace, todo lo que se propone y, para desgracia del pueblo, la clase política, la de aquí y la de allá, demuestra a diario, tal vez mareada por el olor, no estar a la altura de la responsabilidad que ostenta, se limita a profundizar en el espectáculo de lo superfluo, donde rascas y no hay nada debajo, donde profundizar es raro primero y, por tanto, sospechoso después, donde se lanzan frases vacías de contenido, y no digamos de intenciones, y donde aún muchos que gestionan aguardan quietos a que todo se solucione solo, y no, con que tal vez Merckel salte con un “ha sido broma” y restablezca la vida de antes, y no, con que, en definitiva, alguna instancia superior solucione el problema, y menos.
Lo superfluo ha sido lo común, pero la creciente madurez de esta sociedad civil que lo sustenta todo no debe permitir que unos dilapiden su dinero en espectáculo inútil, mientras otros amasan fortuna y medran sin otro mérito que hacer arte lo de ser cercanos. Y esto no lo arregla un partido solo, o abandonan el tiroteo y pactan tregua en lo esencial, o mueren devorados por el descrédito que han generado. Sanidad pública, con férreo control de gasto, educación a través de escuelas públicas bien dotadas, justicia ágil que a todos proteja por igual con leyes adaptadas a hoy que acoten el desmadre público, y salvaguarda de unas pensiones dignas que garanticen el sustento a quienes tras toda una vida de trabajo merecen esa paz son, a mi modo de ver, la base sobre la que solidificar futuro y lo demás, con más o menos matices, es prescindible, disoluble, aniquilable, revisable. Un poco de reconocimiento de culpas tampoco vendría mal, que eso de hacerse el tonto está muy visto.
Pero la política no se ha bajado aún del coche oficial, encallada como está en el y tú más, e imagino que no lo hace porque debe poner mucho eso de que uno de alta gama con los cristales tintados merodee siempre tu vida y en él escoltas por turnos te recuerden lo importante que eres. La erótica del poder, que viene a ser como una desmelenada pasión turca entre amor y odios enfrentados. Veremos si la Ley de Racionalización acota el circo y la futura de Transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, que estoy deseando ver para meter pincel y cuyo borrador actualmente está en el Congreso, sirven para iniciar la transformación que necesita una administración pública que hoy, en términos generales, se ha convertido en el principal problema nacional, por costes, por inoperancia y por abusos.
Sables en alto. Como no me queda espacio para profundizar en nada como inicialmente pretendía, planeo sobre el gaditano cielo para entretener a quien se deje sin más pretensión hoy. En Jerez, en ebullición el caldo a cuenta del recurso que le ha aclarado al gobierno su arbitrariedad en el ERE, al tiempo que desalojaban “amablemente” el despacho de la presidenta de la ATMJ que el hecho ha denunciado a todos los estamentos móviles salvo al católico para, con ello, posibilitar la excomunión de quien procediera en un gobierno municipal que no sale de una y entra en otra: A Saldaña, que a principios de esta semana por fin rubricará Aquasur, no le consuela ni la bronca venidera en la asamblea del próximo sábado en el PSOE jerezano a cuenta de las cuentas. Se le tuerce Sanlúcar, donde tras haber llegado a un acuerdo entre ambas facciones enfrentadas para la media liberación del asignado por el grupo, la parte contratante, que es quien ganó el congreso local, le remitió un mail diciéndole que no había acuerdo y que a partir de ese momento se hablaban por escrito. Lara, entiéndase, chuleándole al partido o, lo que es lo mismo, los Rodríguez en esencia.
En Rota siguen siguen el turno de declaraciones ante el juzgado donde se escenifican amores y odios mutuos, aunque, en principio, sin problema, hasta que el juez dictamine, mientras que en El Puerto el alcalde se ha pasado la semana en Logroño sacudiendo estrés a base de chatos y meditando mucho, de ser posible: uno de estos días sale en una tele, o en ocho, y cuenta cómo va aquella magnífica inversión de gallegos y los supuestos mil puestos de trabajo. Ruido.
Y como Antonio Sanz, y no se por qué me viene a la cabeza ahora, le ha tocado las narices de López Gil con lo de los cursos de formación y Observa, éste pudiera ser que estuviese moviendo hilos para el movimiento de trono de Loaiza en San Fernando con el PA y Pepe se defiende sin tener claro qué es mejor: pelear o dar hueco, como a él le dieron en la intermunicipal de finales de febrero prevista en San Fernando y que tras el anuncio imprevisto de concurrencia de Arenas se cambió por Algeciras. Las cosas de Javier, rencoroso, que recientemente almorzó en Madrid con Sanz y Soraya para, entre otras cosas e imagino, activar a ésta en la cruzada contra Cospedal por aquello de que en breve el PP andaluz inicia el debate de quién será candidato una vez que a todos le queda claro que lo de Zoido como que no. ¿Quién pues? ¿Alguien de Javier, muy cerquita de Mariano ahora siempre, o alguien de Cospe, muy afligida internamente tras lo de Bárcenas? Sanz, atrincherado en Cádiz, no pierde de vista el retorno con mando a Sevilla, y para ello trabaja lo suyo, acertando en cosas, judicializando demasiado la política en otras. En el PSOE, mientras, todo está derivando en algo tan triste como una carrera donde cada uno debe salvar su real posadera y hasta Aguayo se desmarca del propio Griñán.
Hay más, pero yo, como otros, me he quedado sin hueco, reconozco también que confundido por este interminable ruido de sables y debates superfluos que poco aportan para lo importante, que es dar solución a la crisis institucional y, por añadidura, ofrecerle al personal salidas para el sustento. Contar como lo veo, lo que mis orejas captan, ha sido mi mejor, mi única, idea de hoy.