El hombre de 44 años acusado de asesinar de 21 puñaladas en 2011 a su expareja sentimental ha asegurado este lunes ante el jurado popular que, cuando la abordó en plena calle, "no quería quitarle la vida" y que "solo" quería "hablar" con ella porque "no" le dejaba ver a sus hijos. "Me sentó muy, muy mal que me dijese que no podía ir a la comunión de mi niña y me molestó la forma en que me llamó para decirme que era un mal padre y que no podía confiar en mí", ha apuntillado.
V.F.C., quien se enfrenta a una petición fiscal de 25 años de cárcel, ha alegado a preguntas del fiscal que el "shock" permite recordar nada del momento del apuñalamiento a A.E.N. y ha afirmado que, después de que ella le "amenazase" y le "insultase" en la mañana en que perpetró el crimen, sacó el cuchillo que portaba "bajo la camiseta" y le dijo "mira que te pincho".
"Me dijo cosas que nunca habían salido de su boca contra mí, que no tenía cojones y se abalanzó contra mí", ha indicado el acusado, quien ha definido su relación de pareja, de la que tiene dos hijos de 11 y 9 años en común con la víctima, como la "de cualquiera" y "discusiones", y ha dicho en que "le daba igual" que ella tuviese o no una relación con otra persona. "Yo solo quería ver a mis hijos, con los que estaba todos los días del año".
"Yo, por desgracia, no lo niego, he acabado con un ángel. Me da igual que lo crean o no pero si llego a saber lo que iba a hacer esa mañana, no cojo el cuchillo, maldita la hora, y me tiro al agua con algo atado a las piernas", ha trasladado al tribunal V.F.C., de quien la defensa ha destacado su "arrepentimiento 24 horas al día" y el hecho de que "se entregó" a las autoridades. La Fiscalía estima, sin embargo, que planeó el crimen, que actuó con alevosía al "apuñalarla por la espalda" sin mediar palabra y que se ensañó.