El Cuatro Rayas se impuso con comodidad a un bisoño Ángel Ximénez, que cometió demasiados errores y quedó a la deriva de los locales, mucho más centrados y organizados en todas las facetas. Los vallisoletanos salieron con mucha intensidad defensiva, para intentar imponer su ritmo de juego desde el inicio, lo que lograron sin demasiadas dificultades, para ir adquiriendo mayor distancia en el marcador, hasta alcanzar un 10-5 en el minuto 20 que obligó al técnico del cuadro pontanés a solicitar su primer tiempo muerto.
El equipo pontanés se mostro poco agresivos en el plano ofensivo y bastante errático, fruto de esa nula continuidad en el juego y de la escasez de contraataques, con lo que los vallisoletanos llegaron al descanso con una renta de cinco goles (13-8).
Tras la reanudación, los locales se mostraron dubitativos, lo que aprovechó el Puente Genil para recortar distancias (13-10), pero no tardaron en reaccionar para, de la mano de un buen juego de continuidad que sorprendió a los cordobeses, seguir ampliando la renta y llegar a un contundente 21-14, una ventaja que fue a más hasta el 28-18 final
