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Las vivencias jerezanas de Alicia Alonso

La directora del Ballet Nacional de Cuba vivió en la ciudad en 1929 y tomó clases de baile

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  • Alicia Alonso

Pocos saben que la gran bailarina y coreógrafa Alicia Alonso, actual directora del Ballet Nacional de Cuba (compañía que estará en el Teatro Villamarta con ‘Coppélia’ el 31 de octubre), vivió en Jerez allá por el año 1929 junto a su familia. “Ella guarda muy buenos recuerdos de aquella época, que siempre están en su corazón”, señala Mayda Bustamante, quien ha compartido muchos momentos de su vida artística desde su anterior cargo de vicepresidenta del Gran Teatro de La Habana.
Bustamante prepara ahora un libro que probablemente se llamará ‘La dimensión de Alicia Alonso en España’, donde abordará con más detalles estas vivencias jerezanas. Será su segundo trabajo editorial sobre la gran artista, puesto que presenta estos días el libro ‘Alicia Alonso o la eternidad de Giselle’, con motivo del 70 aniversario del debut en este personaje de la gran bailarina.
La llegada desde Cuba a Jerez vino motivada por motivos profesionales de su padre. El teniente veterinario Antonio Martínez Arreondo ya tuvo que desplazarse con su familia a Estados Unidos para perfeccionar sus estudios en el ramo. La importancia en nuestra ciudad de la cría caballar en instalaciones militares fue la razón principal por la que el Ejército cubano decidió enviar al teniente veterinario para continuar con sus investigaciones.
“En Jerez, Alicia y su hermana se dedicaron a tomar clases de danzas españolas para cumplir el deseo de su abuelo”, sostiene la autora. Él quería que las niñas aprendieran bailes españoles, puesto que de esa forma “le traerían un pedazo de su tierra”. Concretamente, de Cantabria, donde se sitúan los ancestros españoles de la mayor parte de su familia.
Su primera maestra fue una mujer corpulenta –narra Mayda Bustamante- que, tras unas primeras clases, ya no volvió a aparecer por la casa. “Años después se enteraron de que estaba embarazada”. Después tuvieron una maestra “joven y alegre” que enseñó a las niñas “bailes folclóricos tradicionales como las sevillanas, las malagueñas y las jotas”.

Contacto con las castañuelas

De estas enseñanzas, Mayda Bustamante destaca cómo la niña Alicia –que contaba con 8 años de edad- se sintió fascinada “por la postura orgullosa de la cabeza, junto a la fluidez de los movimientos sugerentes de los hombros y de las caderas”. Sin embargo, mayor impresión aún le causaría su primer contacto con las castañuelas. “Tanto encanto produjo en Alicia que las usaba en la cama para asegurarse de que podía tocarlas en cualquier posición que adoptaran sus manos y sus brazos”.
En el nuevo trabajo editorial que sobre Alicia Alonso prepara Mayda Bustamante, también se afirma que “en Jerez escuchó flamenco, el taconeo de los bailarines” y que, tras su estancia en nuestro país, “guardaría el recuerdo de una España vibrante, alegre, colorida” y donde entró por primera vez a un teatro, acompañada de su madre.
En cualquier caso, Mayda Bustamante –cuya relación personal y artística con la directora del Ballet Nacional de Cuba asciende a 38 años- ha puesto en el mercado editorial un interesante trabajo titulado ‘Alicia Alonso o la eternidad de Giselle’, publicado por Ediciones Cumbres. Se trata de la recopilación más completa publicada sobre su genial interpretación del personaje, la más extraordinaria en la historia del ballet en el siglo XX según afirman los críticos. También recoge los testimonios de la bailarina sobre el tema en diferentes momentos.
‘Alicia o la eternidad de Giselle’ ha sido presentado en varias ciudades españolas con la presencia de la propia bailarina, la autora y Pedro Simón, director del Museo Nacional de la Danza de Cuba.

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