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Sábado 30/11/2024
 
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Ronda

Denuncian que los alumnos del centro de adultos del Barrio tienen que limpiar la escuela

La Asociación del Barrio denuncia la situación de abandono que sufre la barriada, con calles rotas o jardines sin mantenimiento, y reclama la terminación del Centro Cívico: \"Estas obras están también al 80 por ciento y nadie hace nada\"

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Llevan sus propios utensilios de limpieza cuando terminan las clases, e incluso pagan de su bolsillo los productos de limpieza. Y acaban limpiando las instalaciones del centro de adultos. Según ha denunciado la asociación de vecinos del barrio, esta situación extrema es sintomática “del total abandono y la dejadez por parte del Ayuntamiento” que sufre este barrio “como otras muchas zonas de Ronda”, aseguró el presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio de San Francisco, Antonio Calvente, tras denunciar que el Consistorio no atiende “las continuas y muchas” reclamaciones emitidas formalmente por este colectivo de representación vecinal. Calvente aseguró que esta es la situación que se vive en el centro de adultos: “Nadie viene a limpiar, y limpian los alumnos”. Y añadió que “esto no está nada bonito”. El presidente aseguró que “es un ejemplo de las muchas cosas que están pasando en el barrio”.

La visita a la zona comienza en el mismo Ruedo Alameda: “Llevan meses diciéndonos que lo van a arreglar, pero aquí siguen todos los boquetes. Los alcorques son un peligro para los niños, y el suelo también para los mayores”. Y la ruta prosigue por el entorno de las Murallas; y Calvente lamenta la suciedad: “No hay limpieza suficiente”. Señala las pintadas sobre algunas zonas de la misma piedra; los excrementos de perros que incívicos dueños de mascotas dejan en la parte trasera del recinto amurallado; denuncia que no hay iluminación por la noche, y que eso provoca “vandalismo y cosas mucho peores”. Afirma que “una ciudad que quiere ser Patrimonio de la Humanidad no puede tener así su muralla; llena de basura, sin seguridad...”.

Calvente se afana en dar un paseo por todo el barrio. Y la siguiente parada está en la calle Marbella; las ventanas de la sede de la asociación de vecinos, cedida por el Ayuntamiento, se caen por los suelos: “El edificio no tiene mantenimiento ninguno. Nosotros destinamos a Cáritas y otros fines benéficos el poco dinero que tenemos”. Y, desde ahí, tomamos el camino que entronca desde la carretera con la plaza del Llanete; el hormigón, resquebrajado, supone un peligro “para los coches y para la gente que camina por aquí. Hay escalones, y es doble dirección. Es la otra salida del barrio, y cualquier día se viene abajo el camino también por falta de mantenimiento”. Determinados lugares convertidos en pequeñas escombreras improvisadas o la débil tapa que intenta cerrar un sumidero evidencian el mal estado del camino.

Y prosigue el paseo desde El Llanete. Jardines con la hierba crecida y los árboles secos; calles con muchas piedras por reponer. Más pintadas en algunos muros: “Hemos acudido a distintos concejales. Sólo nos ha atendido Ángel Vázquez, pero es que tenemos muchas necesidades”. En el barrio reclaman un espacio para hacer deporte: “El polideportivo está siempre ocupado; por las mañanas por Unicaja, porque es donde vienen los niños del colegio; y por la tarde con el baloncesto o la gimnasia; y esto no es que nos parezca mal, pero pedimos que haya aunque sea alguna canasta, portería o pista deportiva en cualquier plaza, porque los niños no pueden hacer deporte en ningún sitio”.

El otro objeto de las quejas tiene que ver con el centro cívico, que sigue cerrado de momento: “Las obras están al 80 por ciento, según sabemos. La alcaldesa defiende con las rotondas que un proyecto no se puede dejar al 80 por ciento, y el centro cívico sigue con las puertas cerradas, mientras nuestras mujeres hacen gimnasia y talleres en una casa a la que se le va a venir encima la iglesia abandonada de la Virgen de Gracia. Por eso preguntamos una y otra vez cuándo se va a abrir el centro cívico”, continúa Antonio Calvente, mientras se acerca a la puerta de acero, cerrada a cal y canto, de un centro cuya construcción comenzó en 2007 y que anunció una apertura que nunca llegó para finales de 2009.

El presidente de la Asociación de Vecinos aseguró que existe un descontento general en esta barriada rondeña porque entienden sus vecinos que no tienen los servicios suficientes, ni los de vigilancia ni los de limpieza o mantenimiento de determinadas zonas verdes. Antonio Calvente asegura que él y sus otros compañeros en la Junta Directiva de la Asociación, ha pedido a los responsables municipales que atiendan estas demandas vecinales: “Vamos a seguir pidiendo mejoras a cada delegado con el que podamos hablar, y esperamos que se vayan haciendo eco de las necesidades que tenemos en el barrio”, terminó el portavoz vecinal.

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