La ley firmada por Bill Richardson sustituye el castigo por la condena a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
“Ésta ha sido la decisión más difícil de mi carrera política”, dijo Richardson en Santa Fe, la capital del estado, después de convertir en ley el proyecto de abolición.
Hasta ahora Richardson, que aspiró a la presidencia de Estados Unidos, se había mostrado partidario del castigo.
Sin embargo, señaló que ahora no confiaba “en un sistema de justicia criminal que es el árbitro final cuando se trata de decidir quién vive y quién muere”.
“Si el estado va a asumir esta enorme responsabilidad, el sistema que imponga la pena de muerte debe ser perfecto y no puede equivocarse nunca”, agregó.
Aunque la pena de muerte todavía cuenta con el respaldo de la mayoría del país según las últimas encuestas, en los últimos años la aplicación del castigo ha sido criticada por errores en los procesos contra los condenados, así como por denuncias por una presunta ineptitud de los abogados defensores.
También los grupos detractores han dicho que se aplica de forma racista y especialmente con mayor inclemencia en los estados del sur del país.
La decisión fue aplaudida por La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), que señaló que debería ser un ejemplo para otros estados.
“Se trata de un sistema lleno de errores, discriminatorio y en bancarrota”, dijo John Holdridge, director del Proyecto de Pena Capital de ACLU.
Richardson promulgó la ley después de que el proyecto fuera aprobado por el Senado estatal el viernes de la semana pasada.
El castigo fue restablecido en 1976 por el Tribunal Supremo y desde entonces han sido ejecutados 1.156 condenados.
Por otra parte, el abogado Kayo Morgan reconoció el miércoles que cometió graves errores en la defensa de Pablo Ibar, al atravesar un complicado período de su vida por los problemas con su esposa, que era drogadicta y que murió años después de una sobredosis. Ibar, hijo de padre español y madre cubana, fue detenido en 1994 y desde el 2000 se encuentra en el corredor de la muerte del penal de Raiford (Florida).
PARÍS INSTA A LA ABOLICIÓN
El Gobierno francés expresó ayer su satisfacción por la abolición de la pena de muerte en el estado de Nuevo México (EEUU) e instó a los estados del país que todavía mantienen esta condena, a que sigan su ejemplo.
“Invitamos a todos los estados que no lo hayan hecho aún a que deroguen completa y definitivamente la pena de muerte”, como acaban de hacer las autoridades de Nuevo México, declaró ayer a la prensa el portavoz del ministerio francés de Exteriores, Eric Chevalier.
Las autoridades francesas, añadió, esperan que la “valiente” decisión del gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, “incite a otros estados, así como al Gobierno federal, a actuar en el mismo sentido”.