Cardenal Mendoza, uno de los brandies más reconocido y premiado del mundo, está teniendo una destacada presencia en el certamen Habanosommelier International Contest, que tiene lugar durante esta semana en La Habana. Este evento se enmarca dentro del XVI Festival Internacional del Habano, que se está celebrando entre el 24 y el 28 de febrero en el Palacio de Convenciones de la capital cubana. En Habanosommelier, considerado el concurso mundial más prestigioso de sumillería y cata de Habanos, únicamente tienen cabida los mejores puros y las más exclusivas bebidas espirituosas del mundo, una armonía donde históricamente han jugado un papel predominante los brandies de Jerez.
El representante español, el prestigioso somelier José Joaquín Cortés, ha seleccionado, junto a Reyes Gómez, enóloga de la bodega jerezana Romate, las mejores soleras de Cardenal Mendoza Carta Real, pertenecientes a una reserva especial que data de 1981 y que durante estas más de 3 décadas ha sido cuidada con mimo por los capataces de la bodega para ocasiones excepcionales.
En esta ocasión, servirán de acompañamiento al Habano Montecristo Edmundo, un exclusivo puro cubano, elaborado íntegramente a mano y de elevada cotización entre los aficionados por su muy escasa producción. Esta armonía, diseñada por el Nariz de Oro español, le servirá para defender el subcampeonato mundial que el sumiller obtuvo en la edición de 2010 de Habanosommelier.
Cardenal Mendoza Carta Real está considerado por los expertos como un brandy único, con un elegante aroma a madera vieja, con trazas de pasa dulce y ciruela y con un gusto suave y duradero, redondeado por el paso del tiempo. Su presencia en el mercado es muy exclusiva y sus escasas botellas están numeradas.
Además, del brandy la armonía que representa a España en el certamen cubano se completa con un blended elaborado para la ocasión a partir de un oloroso y un pedro ximénez (en una proporción de 90-10, respectivamente), seleccionados de la gama premium de Romate Old & Plus, formada por VORS con una media de 30 años de vejez.
El oloroso muy viejo es un vino de crianza oxidativa con aromas a nueces y notas tostadas y muy suave al paladar, con una estructura con mucho cuerpo, muy persistente y elegante. El matiz dulce que le aporta la pequeña proporción de pedro ximénez lo equilibra aún más, gracias a la calidez y el carácter aterciopelado y untuoso tan característico de este vino naturalmente dulce.