“La “levantá” es el momento más crítico para el costalero, en cuanto a las posibles lesiones de columna. Por este motivo, “tener una buena técnica evitará indeseables consecuencias”, advierte el doctor Fernando Baquero, especialista en traumatología y ortopedia de Quirón Sagrado Corazón. E
n el trabajo de los costaleros, que se disponen en estos días a llevar sobre sus hombros los pasos de las diferentes cofradías de nuestros pueblos y ciudades, es necesario tener presentes algunos consejos y precauciones, con el fin de disminuir el riego de daños que se derivan de su actividad.
Los especialistas recomiendan someterse a un examen físico antes de empezar esta tarea, para descartar patologías previas del aparato locomotor que podrían verse agravadas, como la escoliosis o desviación de columna, la hernia de disco y las lesiones meniscales o de tendón de Aquiles.
“Las zonas más susceptibles de sufrir algún tipo de perjuicio son la columna vertebral, en sus niveles cervical, dorsal y lumbar, las rodillas, las articulaciones del pie y los músculos de piernas y muslos”, abunda el doctor Baquero.
“En columna cervical es muy importante adoptar una buena ’técnica‘ a la hora de disponer el peso sobre el cuello -lo que se conoce como ’trabajo‘- a nivel de la prominencia de la séptima vértebra cervical; además, influyen diferentes factores, como una correcta ’igualá‘ por parte del capataz, y una adecuada colocación del costal”, continúa el especialista.
Asimismo, el facultativo nos previene: “Para evitar lesiones en el resto de la columna, es fundamental una buena técnica de ’levantá,‘ pues se consigue que la elevación del peso sea mediante una carga axial en línea con el eje del cuerpo; cualquier inclinación que se aleje de este eje supone un riesgo importante de lesiones de musculatura paravertebral y dorsal o, incluso, de mayor gravedad, hasta la hernia de disco aguda o el aplastamiento vertebral”.
Respecto a los posibles percances de rodilla, su flexión forzada en determinados momentos, como en las “arriás” -al bajar el paso tras parar en el recorrido-, puede provocar o empeorar lesiones previas como la condromalacia de rótula –degeneración del cartílago de la cápsula posterior de la rótula- o las roturas de menisco.
Finalmente, concluye el doctor, “es necesario, como en cualquier otro ejercicio físico, un adecuado calentamiento previo de los músculos implicados; de lo contrario, se aumentará el peligro de distensiones -roturas fibrilares en cuádriceps y gemelos, o lesiones del tendón de Aquiles. Será necesario tener esto en cuenta, sobre todo al volver al paso tras un relevo, en que los músculos se habrán enfriado y están más predispuestos a sufrir daños.