El barrio ha tomado la calle Empedrada; y la calle Torrejones. Y se agolpa en el Ruedo Alameda. Cientos y cientos de vecinos se han congregado en torno a las calles por las que discurrirá la procesión más venerada en esta zona de Ronda, la del Santo Entierro. Y aunque vuelve a imponer la lejanía hasta la Carrera Oficial, manda la alegría por poder estar de nuevo en la calle.
Procesión oficial de la Semana Santa, numerosas autoridades se volvieron a dar cita para asistir al cortejo, entre otras la alcaldesa de la ciudad y el presidente de la agrupación de hermandades y cofradías, entre otros representantes tanto de la Iglesia como de los cuerpos y fuerzas de seguridad.
A las siete de la tarde se abrió el gran pórtico de la Casa de Hermandad; al sonido de campaña, en imponente trono se situó en la calle. Pese a la amplitud que tiene la calle Empedrada y la enorme puerta de la Casa del Santo Entierro, la maniobra se antoja complicada por los ocho metros del trono, que portan hasta 86 hombres. Himno nacional a cargo de la Banda Arunda, sin estridencias, y suena la saeta para saludar al Cristo Yacente de Ronda.
La música sonó de nuevo en el barrio. Desde hace tres años se contratan bandas para esta procesión; la lluvia no permitió disfrutar con el Santo Entierro y un acompañamiento musical hasta el pasado año, y este Viernes Santo se repitió la imagen: de nuevo con 'La Madruga' para arrancar el cortejo. El telón de fondo, inmejorable con la Iglesia del Espíritu Santo en el horizonte.
Y cuando el entierro ya ha enfilado la entrada al Ruedo Alameda, sale la Virgen. Se ha roto una de las patas que permiten descansar al trono, pero la procesión continúa. Misma operación para la salida. Saeta. Y la Banda de Música 'Ciudad de Utrera' sigue los pasos de María Santísima de la Soledad. De nuevo bajo el sol del barrio seducen las imágenes del palio: la de la propia Virgen, de tez blanquecina, así como el calco que el imaginero Israel Cornejo hizo para las nuevas imágenes adquiridas hace tres años por la hermandad. Exquisita la imagen.
Nazarenos de túnica negra, con antifaces blancos para el Señor y negros para la Virgen. Hay gente sobre las murallas. De nuevo este año, desde lo alto, se pudo comprobar el resultado de la reforma de la urna del Cristo acometida el pasado año; pero también desde abajo, el cristal enterizo permite, en efecto, visualizar mejor la imagen del Señor.
En Torrejones, las puertas del convento de las franciscanas se abrireron de par en par. Dentro de la capilla de la Virgen del Patrocinio, las monjas se agolpaban para ver pasar a su querida Hermandad. A modo de tribuna, se colocaron unas maderas en negro y oro, con las insignias del Santo Entierro, en el Ruedo Alameda. Los mayores del barrio eran quienes ocupaban las sillas de esa tribuna de San Francisco. Y hubo que esperar dos horas para que la Cruz de Guía acarizara el Puente Nuevo, encontrándose de frente con la otra Soledad, que en torno a las 9 salía desde la Merced.
Y tras el paso por tribuna, regreso al barrio. Sólo hasta que este Domingo toque sacar al Resucitado.
