Al Bachir hizo el anuncio durante su intervención en la XXI cumbre de la Liga Árabe que se celebra en Doha, en la que insistió en que estas organizaciones habían entregado falsos informes a la Corte Penal Internacional.
El 4 de marzo la CPI emitió una orden de detención contra el presidente sudanés por su supuesta vinculación en crímenes de guerra y lesa humanidad durante el conflicto de Darfur que comenzó en febrero de 2003 y que ya ha causado la muerte de 300.000 personas según la ONU.
En su comparecencia en la cumbre, Al Bachir llamó a los lideres árabes a tomar una decisión “fuerte y clara” en rechazo de la orden de la CPI y que incluya entre sus propuestas la necesidad de que sea suprimida. El gobernante sudanés argumentó su decisión asegurando que las trece organizaciones habían ido más allá de sus cometidos y “mantenían un acuerdo secreto con la CPI al que presentaron informes falsos”.
Además, restó importancia al trabajo realizado por las organizaciones expulsadas e insistió que en Sudán trabajan 118 ONG.
Asimismo, declaró que el pueblo de Sudán “se ha volcado con su dirigente de una manera nunca antes vista en la historia contemporánea de Sudán”.
Minutos antes, Ban había rogado a las autoridades sudanesas, ante las 22 delegaciones que se han dado cita en Doha, “que revoquen esa decisión que afecta a más de un millón de personas”.
REUNIÓN DE LA LIGA ÁRABE
Los líderes árabes reunidos en Doha han apostado por solucionar las profundas diferencias que los separan y han cerrado filas en torno a Al Bachir pese a la orden en su contra de la CPI.
En la inauguración de la cumbre de la Liga Árabe, en la que han destacado las ausencias de los líderes de Egipto, Argelia, Marruecos y Omán, el presidente sirio, Bachar al Asad, recomendó olvidar las discrepancias y solucionarlas mediante el diálogo.
Los desencuentros árabes, que siempre han caracterizado las relaciones entre estos países, se agudizaron esta vez el pasado enero durante la ofensiva militar israelí de 22 días contra Gaza, en la que murieron 1.400 palestinos.
Esta brecha, que se abrió entre los estados llamados “moderados”, con Egipto y Arabia Saudí a la cabeza, y los “radicales”, representados por Siria y en menor medida por Qatar, ha quedado reflejada con la ausencia de representantes egipcios de alto nivel en la reunión de ayer.
Egipto, que no ofreció ninguna versión oficial sobre su decisión de no viajar, ha acusado en varias ocasiones a Qatar por sus críticas vertidas contra El Cairo por su manera de afrontar la crisis palestina.
Asimismo, las referencias a la crisis económica mundial también han ocupado un espacio preferente en los discursos de la cita de Doha. En este sentido, Al Asad ha criticado el monopolio de las decisiones económicas y políticas mundiales y pidió la reestructuración del sistema económico.