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Miércoles 27/11/2024
 
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Sevilla

La juez abre una causa por el reciclaje del plaguicida que mató a una familia

La juez que investigó la muerte de tres miembros de una familia en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) ha abierto nuevas diligencias por presuntos delitos contra el medio ambiente y homicidio imprudente por el reciclaje de los tapones del plaguicida que causó el fallecimiento

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La juez que investigó la muerte de tres miembros de una familia en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) ha abierto nuevas diligencias por presuntos delitos contra el medio ambiente y homicidio imprudente por el reciclaje de los tapones del plaguicida que causó el fallecimiento.

Fuentes del caso han informado a Efe de que la juez de instrucción 2 de Alcalá de Guadaíra ha abierto esas diligencias contra los responsables de una empresa de gestión de residuos que debía reciclar los envases de plaguicida y una chatarrería de Dos Hermanas (Sevilla) que se los compró.

La Policía ha investigado por qué la empresa de reciclaje no se deshizo de los tapones del plaguicida según la normativa, ya que presuntamente no fueron correctamente desechados y el cabeza de familia fallecido los acumulaba en una bañera para luego venderlos.

Esta nueva rama del caso se ha abierto después de que, en febrero pasado, quedase archivada la causa penal por la muerte de la familia Caño Bautista al considerar demostrado que había sido accidental.

Según las citadas fuentes, en principio van a ser imputadas tres personas que en las próximas semanas declararán ante la juez.

El Instituto Nacional de Toxicología determinó que el fallecimiento de la familia, el 14 de diciembre de 2013, se debió a una intoxicación accidental al inhalar fosfina, un derivado de un plaguicida llamado fosfuro de aluminio.

Dicho plaguicida estaba presente en los numerosos tapones de envases que almacenaban en la bañera de su cuarto de baño con la intención de venderlos luego al peso.

Al tratarse de una sustancia nociva y peligrosa, los envases deben ser desechados según un protocolo y por una empresa autorizada, por lo que la juez ordenó a la Policía Judicial investigar por qué el cabeza de familia había llegado a acumular gran cantidad de tapones.

Según el informe de Toxicología, la muerte de tres de los cuatro miembros de la familia -los padres y una hija de 14 años- se produjo de manera accidental debido al fosfuro de aluminio, un plaguicida que, en contacto con el agua o la humedad, se transforma en un gas muy tóxico llamado fosfina, que provoca la muerte en pocas horas.

La intoxicación se produjo por vía respiratoria y los análisis de los tejidos de las víctimas mostraron compatibilidad con la intoxicación por fosfina, un gas "extremadamente letal que se genera por el contacto con la humedad del aire o agua de algunos plaguicidas elaborados con fósforo", según un comunicado divulgado entonces por Toxicología.

El análisis de las muestras biológicas y de los tejidos de los órganos de las personas fallecidas mostraban, además, compatibilidad con la intoxicación por ese gas, que se absorbe fácil y rápidamente por los pulmones y a través del tracto intestinal hacia el flujo sanguíneo.

Un tercer miembro de la familia, una chica de 13 años, sobrevivió dado que aquella noche no había cenado en casa.

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