El próximo miércoles 20 de agosto, a partir de las 16.30 horas, se celebrará en el Corredero de Bodegas Miguel Guerra, ubicado en la carretera nacional entre Chiclana y Conil, el ‘I Campeonato de acoso y derribo provincia de Cádiz’, organizado por el Club Deportivo Garrochista de La Janda y que cuenta con el apoyo de la Diputación y del Ayuntamiento de la ciudad.
Miguel Guerra, vicepresidente del Club Deportivo Garrochista de La Janda, ha informado de que obtendrán premios el mejor equipo concursante, equipos que estarán integrados por tres colleras, y el mejor garrochista.
Previamente a la celebración del concurso, mañana martes 19 de agosto a partir de las 21:30 horas en la bodega Miguel Guerra, en la calle Mendaro número 16 de Chiclana de la Frontera, se desarrollará una charla coloquio titulada: La Garrocha, tradición en las faenas del campo. En ella participarán Álvaro Domecq Romero, Javier Buendía Ramírez de Arellano, Eduardo Dávila Miura, Carlos Vázquez y moderada por Álvaro Rodríguez del Moral. Al final de este acto intervendrá el poeta y compositor José León Castro. La entrada es libre tanto para esta charla coloquio como para el campeonato del siguiente día.
La garrocha en las faenas del campo
Su tradición, como espectáculo en sí, se remonta al siglo XVIII, siendo esta la suerte que menos modificaciones ha sufrido con el paso del tiempo, según informa la organización de este campeonato. El acoso y derribo es una modalidad taurina que deriva de las primitivas faenas camperas, siempre ha sido una parte importantísima en la cría del ganado bravo, pues sirve para testar la bravura, las cualidades o defectos, empuje, galope o la querencia de los erales a buscar la lucha.
Los inicios van aproximadamente hacia 1850 coincidiendo con la época en que los ganaderos debieron cuidar especialmente la selección de bravura con la práctica de tentaderos. De 1900 a 1950 se consolida la disciplina hasta alcanzarse la edad de oro del acoso y derribo. En los años sesenta del pasado siglo, la disciplina decae por el abandono del campo de muchos ganaderos. Pero en la década de los setenta comienzan los primeros campeonatos oficiales de la disciplina.
En la actualidad se ha convertido en una modalidad espectacular. La competición se realiza por colleras, un garrochista y un amparador, siendo este último pieza clave para la culminación del derribo. Todos los participantes deben tener licencia deportiva para tomar parte en las distintas competiciones y concursos que se celebran en distintas comunidades autónomas.