Un vídeo de la cámara de seguridad instalada en la lavandería del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, en Madrid, muestra como un inmigrante que se encuentra maniatado, es zarandeado, agarrado del cuello y empujado por el agente de policía que se disponía a trasladarle al aeropuerto de Barajas para su deportación.
El documento gráfico, difundido este miércoles por la Cadena SER, fue obtenido por la Fundación Acción Pro Derechos Humanos para probar la denuncia de malos tratos presentada por aquel interno, un ciudadano colombiano que fue finalmente deportado días después de los hechos filmados.
La grabación deja ver cómo en un habitáculo que sería la lavandería hay dos agentes de paisano y un inmigrante maniatado a la espalda. Se observa que uno de los policías, que lleva puestos unos guantes de látex, zarandea al hombre, le agarra del cuello lanzándole hacia la pared y se dirige a él en actitud intimidatoria.
Los hechos ocurrieron el 2 de mayo de 2011 cuando estaba prevista la deportación de este interno a Colombia en un vuelo que se canceló y fue fletado finalmente días después. El joven escribió una carta a su abogado de la que detalló toda una serie de amenazas, agresiones y malos tratos por parte de los policías aquella jornada.
La denuncia fue archivada pero Acción Pro Derechos Humanos, personada como acusación popular, consiguió que se reabriera el caso y en la actualidad está bajo investigación del Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid, donde el pasado 13 de mayo prestaron declaración los policías retratados en el vídeo.
Según explica el presidente de esta organización, Javier García, el agente involucrado negó en una primera declaración todos los hechos, pero tras ver las imágenes reconoció reconoció cierto forcejeo en el momento de la lavandería, no así el resto de acusaciones del joven colombiano.
"Primero negaron haberle cogido por el cuello y calificaron el incidente como leve. Ya cuando vieron el vídeo ya lo reconocieron, porque no podían negarlo, y dijeron que obedecía a la violencia extrema que mostraba esta persona, pero el caso es que el vídeo desmiente que hubiera ninguna resistencia. Estaba maniatado", ha señalado.
La denuncia no obstante, no versa sólo sobre el incidente grabado. En su declaración por escrito, el joven relataba también todo tipo de malos tratos recibidos en el traslado al aeropuerto y en el momento en que fue embarcado en el avión, un vuelo comercial, para deportarle. El comandante de la aeronave se negó a despegar en esas condiciones y el joven, junto a los cuatro policías que le escoltaban, tuvieron que bajarse del avión.
Todos ellos prestarán declaración el 30 de septiembre en el juzgado para esclarecer si el joven sufrió o no agresiones por parte de aquellos agentes o si, como ellos argumentaron en un primer momento, fue su conducta extremadamente violenta la que frustró el primer intento de deportación.