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Lunes 25/11/2024
 

San Fernando

Las llaman tiendas del desavío

Juan Carlos Pinto tiene claro que lo único que lo puede mantener es trabajar más horas que el reloj de la Iglesia Mayor.

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Se les llama tiendas de los desavíos y se llaman así porque cumplen su función por diferentes razones. Porque es lo único que hay abierto un domingo por la mañana; la que queda más cerca para comprar lo que se olvidó en la lista del supermercado; porque es la que deja fiado hasta el día 10 que se cobra el paro o el 25 que se cobra la pensión y porque al frente está una persona que trabaja más horas que el reloj de la iglesia Mayor y que no se ha hecho rico ni tiene intención de hacerse. Al menos trabajando. Otra cosa es que el toque la lotería.

La tienda de Juan Carlos Pinto, se llama Tienda San Nicolás porque está en la calle San Nicolás, aunque no tiene rótulo exterior a la espera de los permisos, que ya saben que esa zona está dentro del Plan Especial de Protección del Casco Histórico, el Peprich, y con Cultura hemos topado.

Y Juan Carlos es precisamente quien lanza la idea que no iba preconcebida en la entrevista que le hicimos a traición, la del cooperativismo imposible entre los pequeños. Verbigracia, por el cooperativismo por definición es precisamente unir a los pequeños.

Él sabe mejor que nadie lo que es sobrevivir en tiempos de crisis, no sólo porque la acumulación de horas tras el mostrador y los bajos beneficios se lo recuerdan, sino porque por este tipo de tiendas pasan aquellas personas con problemas pero con buena voluntad, que a estas alturas Juan Carlos sabe si es factible coger la libreta de apuntar o simplemente decir que no,que él también tiene que pagar facturas.

Lo que también tiene claro es que la situación de este tipo de tiendas, a remolque de los supermercados y grandes superficies, pueden seguir existiendo pero podrían estar mejor si algunos de los que tienen este tipo de negocios se unieran y pudieran comprar cantidades superiores a las que compran y conseguir mejores precios.

Pero en este gremio la ley de la selva es la que impera y si bien ese cooperativismo de supervivencia se ha dado en otros sectores del comercio minorista, no ve claro que pueda darse en el caso de las tiendas de los desavíos. Juan Carlos Pinto sabe, pues, que para conseguir algo más de ganancia tiene que vender más, abrir los domingos por la mañana y aprovechar hasya la noche del Nazareno. Y las que se tercien.

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