La calidad, seguridad técnica y credibilidad del proyecto minero, así como la adaptación al entorno del espacio protegido que rodea la mina de Aznalcóllar ha primado sobre la inversión en la adjudicación de la explotación de ese yacimiento a la empresa México Minorbis.
El secretario general de Innovación, Industria y Energía de la Junta, Vicente Fernández, y la directora general de Industria, Energía y Minas, María José Asensio, han informado de la adjudicación del concurso convocado para reabrir el yacimiento de Aznalcóllar, que ha ganado el grupo México Minorbis -formado por la andaluza Magtel y Grupo México- frente a su competidora, la empresa Emerita Forbes Manhattan.
En caso de conflictos, al haber anunciado la empresa la interposición un recurso, se contempla el arbitraje en el pliego de condiciones del concurso, y para su composición se remite a la Ley del Arbitraje. Por tanto, sólo una orden judicial podría paralizar la puesta en marcha del proyecto minero en Aznalcóllar, según Fernández.
Asensio ha desvelado que la empresa Emérita manifestó en la segunda fase del concurso algunas dudas sobre el procedimiento y ha garantizado que el proceso ha seguido la “máxima transparencia, rigor y objetividad”.
De hecho, ha apuntado que Emérita no aceptó que se retransmitiera la presentación de los proyectos que hicieron por separado ambas empresas en enero, y ahora la Junta les ha pedido permiso para hacer públicos sus proyectos, lo que México Minorbis ha aceptado pero aún no han recibido la respuesta de Emérita, por lo que, si ambas aceptan, se publicarán.
Preguntada por informaciones de algunos medios de una posible vinculación de la empresa adjudicataria con exaltos cargos de la Junta, la Asenjo no lo ha aclarado y se ha remitido a la contestación de la compañía.
Ha explicado que el proyecto de explotación presentado por ambas empresas, que es el criterio más importante al puntuar 60 sobre un total de cien puntos, recoge una diferencia “relevante” y, por tanto, la calidad técnica, la seguridad y la credibilidad del proyecto de explotación, así como la adaptación al entorno “han volcado la balanza” hacia México Minorbis.
La directora general ha reconocido que la apuesta inversora de Emerita, 641 millones, es mucho mayor que la de México Minorbis, cifrada en 304 millones, pero ha incidido en que el pliego de condiciones establecía que se primaba la explotación.
Asimismo, ha indicado que los pliegos no contemplaban expulsar o penalizar a empresas que hubieran tenido episodios contaminantes, como le ocurrió en México a Minorbis, y se ha optado por garantizar la seguridad de las instalaciones y no construir balsas de residuos. De hecho, la adjudicataria ha planteado un proyecto de minería interior con una planta de tratamiento de mineral y otra de pasta para los residuos que se generen y que serán reintroducidos en la mina.
Además, se compromete a la “restauración absoluta de todos los pasivos ambientales”, incluidas las dos cortas, las escombreras y la balsa de residuos, lo que supone un ahorro a la Junta de 1,3 millones anuales.
En cuanto a la puesta en marcha del proyecto, la empresa podrá empezar inmediatamente los trabajos de preparación y las investigación empezará en dos o tres meses, con picos de empleo de hasta un millar de trabajadores. Después vendrá la fase de explotación, que requerirá de la autorización ambiental unificada, cuya tramitación “se agilizará”, para que esté aprobado en unos dos años. En la fase de explotación, que se estima en 15 años, se calculan unos 400 empleos directos.