Cuando se encamina uno a un lugar donde se celebra una fiesta al aire libre con orquesta y cuando se va llegando se duda entre estar escuchando una orquesta o un disco que han puesto mientras la orquesta descansa, la cosa promete.
Al estar más cerca se disipan las dudas pero se aclaran las ideas y sobre todo, que los que están sobre el escenario no son aficionados, aunque no sean profesionales que vivan de la música. Porque hay muchas clases de profesionales y profesionales de muchas clases.
Se conoce a un buen músico con sólo ver cómo asienta los pies en el suelo, con el rostro de satisfacción porque está tocando, transmitiendo la tranquilidad del que sabe lo que tiene entre manos. En las manos.
Si luego te dicen que los cincuentones que estaban sobre el escenario son parte de aquella orquesta que se llamó Avance y que era uno de los santo y seña de la música en San Fernando -con épocas de profesionales por muchas provincias- todo lo que hay que entender queda meridianamente claro.
Ya no hay ambiciones que ronden sus cabezas ni futuros imaginarios. Hay música, mucha música acumulada que tiene que salir por algún sitio, porque si Sigmund Freud decía que si un niño que sigue pintando después de los cinco años es pintor toda la vida, se dedique a ello profesionalmente o no, no es menos cierto que el que siendo joven ha tenido una guitarra en sus manos o cualquier instrumento, morirá haciendo sonar ese instrumento.
Por eso el teclista Manuel Parodi, el guitarra, Miguel Otero, el vocalista Juan Emilio López de Palacio, el bajista Joaquín Ruiz Abeledo, el vocalista José Álvarez y el también teclista José Luis Soriano Vila, estaban en la noche del viernes en el Club La Salina sobre el escenario, junto a otra histórica del grupo Avance, Mayte Rodríguez Labandón, su vocalista a partir de la década de los 80. ¡O tiempos!
También estaba allí Ana Sara Ruiz, la vocalista más joven que lo es de la orquesta Lacosta, pero esa noche estaba haciendo de las suyas sobre el escenario. Y por cierto, es la hija de Joaquín Ruiz Abeledo, de casta le viene.
¿Pero qué fue Avance? Lo cuenta una de sus componentes, aunque fue de las últimas en entrar y de las últimas en reincorporarse, Mayte Rodríguez Labandón.
Juan Emilio López, uno de los vocalistas y actualmente hermano mayor de Desamparados y Miguel Otero, el guitarra, son los dos únicos componentes fundadores de la orquesta Avance que tuvo sus inicios en el colegio La Salle.
“Años más tarde, se incorpora el bajista, Joaquín Ruiz Abeledo y sería en la década de los ochenta, cuando, primero el teclista, José Luís Soriano, y una servidora, nos uniríamos al grupo. Llegamos a ser hasta nueve componentes y teniamos contratos tanto en toda la provincia de Cádiz como en las de Sevilla y Málaga”, dice Mayte.
Ella abandonó la orquesta por la política en 1999 y Avance siguió un par de años más hasta que se deshace. Más tarde y a través de un amigo socio del Club La Salina, les proponen a algunos de los componentes formar un grupo para hacer algunas actuaciones sólo para esa entidad.
“Hace poco, tras un momento de bajón que tuvieron, se incorporaron el vocalista José Alvarez, otro teclista, Manuel Parodi y un batería, Jaime, que no pudo actuar el viernes por motivos de trabajo”. Y tampoco estuvo Pilar, la otra vocalista de la orquesta.
Y ahí están. En el Club La Salina con el nombre de La Orquesta del Club Social actuando con cuentagotas. De forma que sólo los afortunados que coincidan allí pueden disfrutar del genuino sonido de los 80.
El único pero es que los que más disfrutan de ellos son los que siguen defendiendo que suena mejor un picú que cualquier equipo de alta fidelidad.