En la reunión de este jueves, que supuso la puesta de largo de la Asociación Oriental con seis países del Este de Europa y el Cáucaso, los principales líderes europeos no acudieron a la cumbre con la excepción de la canciller federal de Alemania, Angela Merkel.
Aunque el presidente francés, Nicolás Sarkozy, nunca ha ocultado su mala relación con Topolanek, los medios checos han especulado que su ausencia fue la venganza con la que el mandatario francés devolvió que el político checo no acudiese al lanzamiento de la Unión Por el Mediterráneo impulsada por París.
En la cumbre de ayer sobre el gas resultaron incluso más evidentes las ausencias, con muchos países representados sólo por su embajador bilateral en Praga.
Las numerosas ausencias resultan aún más significativas debido a que ayer fue la despedida de Topolanek al frente del Consejo durante más de cinco meses, en los que ha dado prueba de una escasa capacidad conciliadora y ha dejado más de una declaración polémica.
La última de ellas se produjo durante la primera cumbre monográfica de la UE sobre empleo, en la que declaró: “Voy a perder mi puesto como primer ministro, pero no voy a estar en paro. El que busca un trabajo lo encuentra”.
Ese particular consejo en mitad de una cumbre, que presidía, sobre empleo muestra su escasa cintura dialéctica en un momento en el que el paro en la Unión afecta a más de 20 millones de personas y con la previsión de que ocho millones de europeos pierdan su empleo en los próximos dos años.
Las posiciones de Topolanek a favor de las políticas económicas más liberalizadoras son conocidas, pero como presidente del Consejo se esperaba que fuese capaz de mostrarse conciliador con las opiniones dentro de la UE a favor de una Europa social.
El vicepresidente del grupo parlamentario socialista en el Parlamento Europeo, Hannes Swoboda, solicitó ayer una disculpa de Topolanek por lo que considera una falta de respeto a millones de desempleados en Europa.
Esa declaración de Topolanek no es la única polémica generada durante los últimos meses, entre las que destacó que calificase de “un camino al infierno” el programa de estímulo económico que la administración estadounidense de Barack Obama acordó para salir de la crisis.
En un momento de aproximación entre la UE y el nuevo Ejecutivo estadounidense, esas declaraciones despertaron un claro malestar en Bruselas.
Topolanek, lejos de alguna reflexión crítica sobre sus palabras se mostró “orgulloso” de ellas, explicó en una entrevista publicada ayer por el diario británico Financial Times.
“Fue una gran recompensa ver mis palabras en el Washington Post, el Financial Times y el Wall Street Journal, todo en un mismo día”, indicó.
Además criticó el ansia de protagonismo de Sarkozy y afirmó que debería de “haberle controlado más” durante las mediaciones europeas en Oriente Medio por los bombardeos israelíes sobre Gaza a principios de año.
El nuevo Ejecutivo checo jura el cargo ante Klaus
El nuevo Gobierno de transición de la República Checa, país que preside la Unión Europea (UE) este semestre, juró ayer su cargo ante el jefe del Estado, Vaclav Klaus.
El nuevo Ejecutivo de tecnócratas, liderado por el independiente Jan Fischer, dirigirá el país hasta los comicios anticipados del próximo octubre, después de que cayera el gabinete conservador de Mirek Topolanek por una moción de censura el pasado marzo.
En ese periodo, dos misiones diplomáticas, una francesa y otra de la Unión Europea encabezada por Topolanek, recorrieron la región.
“Daba la impresión de que los franceses dominaban el espectáculo”, se quejó Topolanek.
El Consejo Europeo lo dirigirá ahora hasta el 30 de junio el tecnócrata Jan Fischer, después de que el gobierno que encabezara Topolanek cayera por una moción de censura el pasado marzo.