Reorganizar el tráfico antes de su interrupción en el centro de la capital no es fácil, tal y como demuestran ya los hechos en parte de la Alameda, en el puente de Tetuán y ahora también en Armengual de la Mota y la avenida de Fátima.
Estos viales han reducido su volumen de tráfico habitual. La idea es potenciar los recorridos alternativos que evitan los tramos donde se interrumpirá la circulación con motivo de las obras del metro. Es el caso de la avenida de Fátima, donde próximamente arrancará la construcción del túnel del metro bajo el cauce del Guadalmedina.
El falso túnel quedará cerrado y el tráfico se desviará por Mármoles. El sentido de la marcha será el contrario en Jaboneros y en Don Juan de Austria.
En la calle Armengual de la Mota, ya están cambiados los sentidos del tráfico. Ahora hay dos carriles dirección al sur. Y en el caso de Mármoles, de los dos sentidos, el tráfico ha quedado reducido a uno.
Los conductores más experimentados, es el caso de este taxista, no ven problemas en los cambios. Pero los hay tanto conductores como peatones, que no lo ven tan fácil. Y lo peor, auguran, está por llegar.
La peor parte de los cambios la sufren, aseguran, los repartidores. Ahora, para distribuir sus productos, se han visto obligados a cambiar su ruta. Y para llegar al punto de reparto, tienen que sortear más obstáculos que antes.