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Miércoles 30/10/2024
 

El Puerto

Interesante charla sobre Gaviño en la Tertulia ' El Monasterio'

Bernardo Gaviño Rueda fue sin duda alguna el introductor del toreo español en México. Gaviño nació en Puerto Real el 20 de agosto de 1812.

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  • TERTULIA TAURINA EL MONASTERIO -

En uno de los magníficos salones del Hotel Monasterio de San Miguel, el pasado viernes tuvo lugar una conferencia impartida por el Profesor Almenara sobre la vida y obra del torero puertorrealeño Bernardo Gaviño. El acto fue presentado por el periodista Manuel Sotelino.

Bernardo Gaviño Rueda fue sin duda alguna el introductor del toreo español en México. Gaviño nació en Puerto Real el 20 de agosto de 1812. Su vida estaba encaminada al sacerdocio ya que a temprana edad y al morir sus padresquedó al amparo del por entonces obispo de Cádiz Francisco Javier Cienfuegos. Gaviño no asimiló su condición de seminarista y se escapaba a presenciar espectáculos taurinos en condición de ayudante de banderillero.  Dio sus primeros pasos taurinos de la mano del matador gaditano Bartolomé Ximenez Acosta.  No se sabe con certeza por qué decidió tomar rumbo a tierras americanas, embarcando en Cádiz hacia La Habana. Se conoce que en 1835 toreó en Montevideo (Uruguay) y  La Habana (Cuba), recalando en México donde fijaría su residencia.

En sus primeros pasos por este país compartió su condición de torero andaluz (español), junto a la extravagancia del toreo a la mexicana, es decir que cuando Gaviño llegó a México se corrían toros en forma de rodeos, coleo a caballo, mojigangas, toros embolaos,  etc…, pero no se conocía la lidia a la española. Gaviño consiguió con su maestría desterrar el toreo a la mexicana e imponer el toreo fundamental en tierras charras.


Durante su carrera toreó más de 700 espectáculos, siendo la mayoría de ellos en la Plaza de “Paseo Nuevo” ciudad de México, erigida para él e inaugurada en 1851.
Tanto fue su poder en México que terminó integrándose en la vida social de este país, siendo adoptado como un mexicano más.

El 31 de enero de 1886, con más de 70  años y ya muy mermado de facultades,  recibió una cornada en la región glútea en la Plaza de Txecoco. Murió  a consecuencia de ella el 11 de febrero siguiente en su domicilio de México D.F, a donde fue trasladado.

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