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Sábado 30/11/2024
 

Jerez

Dos 23-F en el mal recuerdo

A las 18.23 horas un grupo de guardias civiles ha irrumnpido en el Congreso donde se votaba la investidura de Calvo Sotelo, vomitaron los teletipos

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A  las 18.23 horas, un grupo de guardias civiles ha irrumpido en el Congreso, donde se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno tras la dimisión de Adolfo Suárez. Esa era la información que poco después de las 18.30 horas vomitaban los teletipos del año 1981 en las redacciones de los distintos medios informativos. Aquellos artículos en el ultraderechista diario madrileño de El Alcázar en los que ya se atisbaban movimientos de sables para una primavera en la que “florecen los almendros” dieron en la diana de los techos del Congreso de los Diputados por las ráfagas de metralla que dispararon varios guardias civiles al mando de Antonio Tejero. Cuatro elementos generaron una tensión permanente, que el gobierno de UCD no logró contener, que desembocó en la dimisión anticipada de Adolfo Suárez, que a su tumba se ha llevado muchos secretos de Estado que, me da la impresión, muchas generaciones jamás conoceremos.  Los problemas derivados de la crisis económica, las dificultades para articular una nueva organización territorial del Estado, las acciones terroristas protagonizadas por ETA y la resistencia de ciertos sectores del Ejército a aceptar un sistema democrático eran los ejes fundamentales que mantenían al país en una tensión permanente y a muchos generales y personajes de la extrema derecha tremendamente descontentos con la realidad que se estaba viviendo en una transición que había superado, el Sábado Santo de 1977, la legalización del Partido Comunista de España y también la Operación Galaxia, ya con Tejero Molina entre los cabecillas de aquel intento abortado de golpe de estado militar, habiendo sido condenado en aquel entonces, estamos hablando del año 1978, a siete meses de prisión militar.  El 23 F, afortunadamente, es ya solo un mal recuerdo, como un mal recuerdo fue, dos años más tarde, y el mismo día, la expropiación de Rumasa que fue un golpe bajo a la línea de flotación económica de un Jerez donde las antenas de la abeja se habían expandido y de qué manera. La expropiación no se llevó mal sino peor y eso vino a ayudar a la decadencia industrial de la ciudad. 

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