Tras la inclusión de la recuperación de la cota de la muralla almohade en el proyecto de restauración de las Reales Atarazanas, construidas en 1252 y declaradas Bien de Interés Cultural (BIC), la portavoz de Participa en el Ayuntamiento hispalense, Susana Serrano, ha manifestado que tal extremo "no soluciona" los conflicto de dicha iniciativa, que "por poco que se sepa de patrimonio histórico, es claro y evidente que atenta" contra el monumento.
"No vamos a permitir que se dañe el monumento, porque ha habido una total falta de información (sobre el proyecto de restauración de las Atarazanas y su adaptación como centro cultural) y es necesario un debate serio y realista, no un proceso de participación que en realidad no ha existido", ha dicho Susana Serrano, para quien "por poco que se sepa de patrimonio histórico, es claro y evidente que atenta" contra el monumento.
Serrano se ha pronunciado así al presentar junto a Isidoro Moreno, catedrático en Antropología Social y Cultural de la Universidad de Sevilla, una moción al pleno para instar al Gobierno central a promover la ampliación de Patrimonio de la Humanidad de la que gozan la Catedral, el Archivo de Indias y el Alcázar, a todo el legado del antiguo Puerto de Indias, con mención expresa a las Reales Atarazanas, el antiguo hospital de la Caridad, las torres del Oro y de la Plata o el conjunto histórico del Arenal.
LAS ATARAZANAS
El proyecto en cuestión, promovido por la Junta de Andalucía como titular del monumento y la Fundación La Caixa como entidad concesionaria de su gestión, ha sido diseñado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra.
El diseño plantea restaurar y adaptar como centro cultural el citado recinto histórico, formado por restos de la antigua muralla almohade, siete naves de las atarazanas medievales del siglo XIII, restos del apostadero de la Carrera de Indias de los siglos XVI y XVII y edificaciones de la Real Maestranza de Artillería pertenecientes a los siglos XVIII, XIX y XX.
El proyecto, en concreto, plantea mantener libre el espacio medieval de la planta baja, --es decir las estructuras de las primitivas atarazanas mudéjares--, así como abrir el espacio hacia la calle Dos de Mayo, con una sala principal de exposiciones en la primera planta del edificio de cabecera y nuevos usos en la planta alta de las naves.
"CRIMEN PATRIMONIAL"
Pero aunque la iniciativa cuenta con aval de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico e incluso licencia de obras, los colectivos conservacionistas lo tachan de "crimen patrimonial".
Principalmente, critican que la iniciativa no recupere la cota original del monumento y prevea "la reforma de dos cuerpos edificados sobre las naves dos y cuatro, modificando sus cubiertas, cerramientos y distribución interior", con la instalación de "varias escaleras mecánicas y un nuevo forjado", entre otros aspectos.
Además, critican la previsión de incorporar "micropilonos de hormigón a los pilares originales", lo que a su juicio supone "introducir elementos nuevos disruptivos con el entorno y contrarios a la conservación íntegra" del monumento, sobre todo porque los micropilonos de hormigón "no salvaguardan el patrimonio arqueológico".