Las obras de renovación de la Plaza de San Francisco podrían dar al traste con los cipreses que históricamente han coronado este enclave. Una vecina de la zona ha emprendido una recogida de firmas para salvar estos ejemplares, con más de 50 años de vida, que serían sustituidos por naranjos.
“Con el inicio de las obras de remodelación ya desapareció uno de los tres ejemplares y vamos contrarreloj para salvar los dos restantes”, explica la petición iniciada en Change.org que ya reúne a más de 300 firmas. La promotora argumenta que si se talaran se acabaría con parte del “patrimonio vegetal de la ciudad y, sin duda, una de las identidades más peculiares de nuestro centro histórico”.
Desde el área de Medio Ambiente están a la espera de conocer la decisión final de Urbanismo pero ponen en duda la viabilidad de trasplantar los ejemplares en esta época, aunque prometen sustituirlos, en caso de ser necesario, por “árboles del mismo porte y valor ambiental”, confirmó ayer el responsable Raúl Jiménez.
Los trabajos urbanísticos ya han levantado ampollas entre los colectivos en defensa del patrimonio que critican que han acabado con el empedrado y temen por la fuente de la diosa Pomona de 1864. La actuación se encuadra en un plan de renovación de ésta y las calles cercanas Marqués de Valdecañas, Purificación y Álvarez. Con una inversión de 500 mil euros, está financiada al 80 por ciento por la Unión Europea.
