Miguel Redondo Rosillo, conocido por todos como Miguelón, no ceja en su empeño de denunciar todo aquello que se convierta en una auténtica barrera para las personas con movilidad reducida como es su caso. Meses atrás ya dejó entrever las dificultades que le entrañaba tener que transitar con su silla de ruedas por el centro de la ciudad para realizar trámites administrativos por el estado del firme, lo que le derivó en fuertes dolores de espaldas.
Pues bien, en esta ocasión se ha encontrado con otra barrera cuanto menos curiosa y es un ascensor que, para su caso particular, le es inaccesible. Se trata de los que se encuentran situados a ambos extremos de la pasarela de Bahía Sur que sirve para llegar tanto a la estación como al centro comercial.
Miguelón, una vez que llega justo delante de la puerta, no puede llamarlo al no poder alcanzar la botonera de mandos. Una situación que hace que tenga que esperar a otra persona para poder subirse en él.
Pero donde él ve un fallo siempre propone una solución y, en este caso concreto, señala que actualmente ya existe en el mercado y está instalado en numerosos edificios un dispositivo para ascensores que se acciona con wifi y a través de una aplicación móvil.
Solo espera que sus peticiones no caigan en saco roto y que en el futuro dicho ascensor y otros que estén en las mismas condiciones pongan en marcha estos dispositivos para hacerle la vida más fácil tanto a él como al resto de personas con movilidad reducida.