El domingo se cumple un año de la activación del nivel 4 de alerta antiterrorista o lo que es lo mismo, riesgo elevado de atentado. Doce meses con la mirada puesta especialmente en Francia y en los que las fuerzas de seguridad españolas, más visibles en la calle, han detenido a 75 presuntos yihadistas.
Fueron los atentados perpetrados casi simultáneamente en Francia, Túnez, Kuwait y Somalia el 26 de junio del año pasado los que motivaron la decisión del Ministerio del Interior de elevar la alerta hasta el nivel 4, el penúltimo peldaño de una escalera de cinco niveles.
¿Qué ha supuesto? En la calle, una mayor presencia policial, especialmente en estaciones de autobuses y ferrocarril, en puertos y aeropuertos, en infraestructuras críticas -como centrales nucleares y eléctricas-, en zonas de grandes concentraciones de viandantes, en acontecimientos de masas como conciertos y partidos de fútbol y en embajadas.
No solo eso. El nivel 4 contempla otras medidas menos visibles y preventivas, pues supone la intensificación del trabajo de los agentes dedicados a la lucha antiterrorista, que han extremado la vigilancia e información sobre sospechosos.
Mientras, se mantiene el plan de vigilancia a los reclusos islamistas en las cárceles para evitar que se planeen atentados desde las prisiones o se lleven a cabo "labores" de adoctrinamiento a otros presos. En marzo unos 230 reclusos estaban bajo la lupa de Prisiones.
Para frenar los extremismos, Interior puso en marcha a finales de año Stop Radicalismos, que a través de tres medios -la web www.stop-radicalismos.es, el correo stop-radicalismos@interior.es y el teléfono 900 822 066- recoge una media de 15 comunicaciones diarias que alertan sobre posibles casos de radicalización o sospechas de que alguien pudiera viajar como combatiente. Unos 170 españoles ya lo han hecho a Siria o Irak.
Con toda la información que les llega desde los distintos canales, los responsables de la lucha antiterrorista analizan periódicamente el riesgo y, de hecho, en este año la mesa de evaluación de la amenaza -integrada por Policía Nacional, Guardia Civil, CNI, Mossos d'Esquadra, Ertzaintza y el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco)- han decidido mantener el nivel 4 pero reforzado en dos ocasiones.
Tras los atentados simultáneos del 13 de noviembre en París que causaron 130 muertes y más 300 heridos se reforzó este nivel. La segunda vez fe después de los ataques del 22 de marzo en Bruselas que dejaron más de 30 fallecidos y 200 heridos.
Aunque las fuerzas de seguridad españolas no han bajado la guardia desde que Madrid sufriera el mayor atentado terrorista de Europa, el 11 de marzo de 2004, la intensificación de las acciones del Dáesh en otros países han tenido respuesta policial en España.
Desde el 26 de junio del año pasado, Policía y Guardia Civil han llevado a cabo 37 operaciones y detenido a 75 personas por su relación con células yihadistas. En alguna ocasión, en colaboración con los cuerpos de seguridad marroquíes y en territorio alauí.
Y alguna de ellas ha puesto de manifiesto la preocupación sobre el creciente fenómeno de la incorporación de mujeres a las filas del Dáesh. Así, en octubre de 2015 la Guardia Civil detenía a una joven española en el aeropuerto de Barajas que se iba a trasladar a Siria, mientras que días después la Policía arrestaba a otra en el aeropuerto de Málaga.
Otra operación del instituto armado ha dejado patente cómo personas totalmente integradas en la sociedad española e, incluso, con un puesto de trabajo muy bien remunerado, están vinculadas con el terrorismo, como el caso del que se conoció como el "cazatalentos", el director de márketing Aziz Zaghnane.
Un zulo descubierto en Ceuta con armas de una célula del Dáesh ha sido otra de las operaciones llevadas a cabo en un año en el que, según el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, "sin duda se han evitado atentados" en España.
Gracias a la colaboración internacional, la Policía detuvo en Málaga a Antoine Denevi, el traficante que le proporcionó las armas a Amedy Coulibaly, el terrorista que mató a cinco personas en enero de 2015 en París.
Francia, azotada especialmente por el Estado Islámico, ha valorado esta cooperación, que España ha querido fortalecer en las últimas semanas con motivo de la celebración de la Eurocopa de Fútbol en el país galo, al que se han desplazado TEDAX y agentes especializados.