El expresidente de la Generalitat Artur Mas, ha afirmado antes de entrar en el Palacio de Justicia para la última sesión del juicio del 9N que no hay base para considerar la consulta un delito: "Si poner las urnas es delito y escuchar a la gente es un delito, mal vamos".
En declaraciones a los medios a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), Mas, que ha llegado junto a su esposa, Helena Rakosnik, ha dicho que considerar delito el 9N "es tremendamente forzado".
Ha aseverado: "Durante el juicio ha habido testigos suficientemente potentes como para hacer revisar drásticamente esta petición del fiscal, pero él está en sus trece, tiene derecho a hacerlo, intentaremos hoy en el último día contrarrestar sus posiciones".
Ha indicado que hará uso del turno de última palabra al final del juicio en el que hará un resumen: "Para que se entienda bien de que soy responsable, y no rehuiré ninguna responsabilidad, y de que no soy culpable, que también lo voy a explicar".
La exvicepresidenta Joana Ortega, a su llegada al tribunal junto a su abogado, Rafael Entrena, ha subrayado que "dar la voz a los ciudadanos nunca puede ser delito y menos un acto criminal".
Ha dado "un agradecimiento muy grande a la gran pedagogía que hicieron los voluntarios que testificaron en el juicio este jueves, que vinieron a explicar la ilusión que se vivió en nuestro país".
"Nosotros siempre hemos seguido el mismo planteamiento, yo no tengo ninguna conciencia de haber desobedecido, en absoluto, lo he dicho desde el minuto uno, actuamos con toda responsabilidad", ha añadido.
En este sentido, ha dicho que siguieron un mandato parlamentario de un gobierno democrático y legítimo: "Yo no tengo ninguna conciencia de haber desobedecido dentro de mis valores y principios".
Minutos antes ha llegado la exconsellera de Enseñanza Irene Rigau, la tercera acusada en este juicio, y todos han sido recibidos por el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, antes de entrar en la sala.