Capirotes negros en la jornada de Miércoles Santo para poner luto ante la muerte del Hijo de Dios, que descansa en el regazo de su Madre, la Virgen de las Angustias.
El dolor de la Virgen que se abre camino por las calles de Cádiz a golpe del sonido de las horquillas. La Cruz sola, testigo de la escena , de los hechos consumados.
La devoción ante el dolor de una Madre se hace patente en la larga fila de penitentes delante del paso y de personas que la acompañan tras él. Túnicas negra y cirios blanco para anunciar que Jesús muere. Preludio de lo que queda por venir.