Los bomberos portugueses han conseguido controlar hoy todos los incendios que afectaban al centro y norte del país, donde al menos 36 personas han muerto y 63 han resultado heridas por la oleada de fuegos iniciada el pasado domingo.
Según datos de la Autoridad Nacional de Protección Civil, a primera hora de la mañana solo se registraba un fuego de pequeñas dimensiones en el municipio de Moura, en el distrito de Beja (sur del país), que atendían cuatro bomberos.
Es el único incidente de esta jornada, en la que el descenso de temperaturas y las lluvias registradas durante la madrugada en parte del territorio han ayudado a los bomberos a controlar la oleada de incendios iniciada el domingo.
Aquel día, en el que Portugal llegó a tener 523 fuegos, deja un resultado provisional de 36 personas muertas y 63 heridas, 16 de ellas graves, así como siete desaparecidos, según los últimos datos difundidos por la Autoridad Nacional de Protección Civil lusa.
Cerca de 4.000 bomberos estuvieron este lunes sobre el terreno para tratar de sofocar las llamas, que causaron el desalojo de numerosas aldeas y el cierre de carreteras.
Les asistían en la tarea medios terrestres y aéreos, a la espera de dos aviones italianos que estaba previsto que se sumaran hoy a las tareas.
El Gobierno portugués ha declarado tres días de luto oficial, que comienzan hoy, así como el estado de calamidad pública en todos los distritos al norte del río Tajo.
Esta nueva oleada de incendios se produce apenas cuatro meses después de la tragedia que afectó al término municipal de Pedrógão Grande (centro del país), donde el fuego provocó la muerte de 64 personas y heridas a más de 250.