“Tenemos conocimiento de la realización de retenciones de crédito no autorizadas e incluso de servicios que no se han realizado, llevadas a cabo por personas no competentes que se han introducido en el sistema informático. Algunas de estas retenciones han seguido el procedimiento de pago, abonándose el importe de las facturas, y otras no. Queremos saber si esto es cierto, pues, de serlo, estaríamos ante un nuevo robo al Ayuntamiento de San Fernando”.
Estas declaraciones del presidente del Partido Popular, extraídas de una nota de prensa que se manda ya corregida y limada de posibles errores propios de una intervención oral, son las que han detonado una bomba que le puede estallar en las manos al propio Loaiza o al equipo de Gobierno municipal.
Loaiza, con estas afirmaciones y aunque se basen en noticias que han llegado a su partido -que sería más grave- pone en tela de juicio a todo el personal del área de Economía y Hacienda, amén de a los políticos del Gobierno. Y lo hace por la simple y sencilla razón de que tan injusta como lógicamente, todo el mundo es sospechoso hasta que aparece el culpable.
Acusación muy grave
La gravedad de esas declaraciones, obviamente, obligan ahora al propio Loaiza a demostrar que es cierto lo que dice, que al menos hay indicios razonables de la acusación que obliguen a una investigación.
En el caso de que fuera cierto, se estaría repitiendo la situación provocada el 1 de abril de 2009, cuando se denunció el desfalco en la Caja Municipal y costó la Alcaldía a los andalucistas.
Y como curiosidad, estaría involucrado el mismo interventor que fue tesorero e interventor en la época el robo de los 8 millones de euros. Algo incomprensible teniendo en cuenta que tal interventor no está dejando pasar ni una ni al Gobierno anterior de Loaiza ni al actual de Patricia Cavada.
En caso contrario, que no hubiera nada y ni siquiera indicios razonables de algo irregular sino un simple motivo para enfangar la política municipal -o una ignorancia supina de los responsables del Partido Popular- sería José Loaiza quien perdería toda cedibilidad. Aunque el Gobierno municipal anuncia algo más que la credibilidad si no es capaz de demostrar o no se demuestra lo que dice.
Sí lleva razón el presidente del PP al renunciar a una reunión con el delegado de Desarrollo Económico y Gestión Presupuestaria, Conrado Rodríguez, porque una reunión bilateral no dejaría tranquilos a los ciudadanos que se han alarmado ante las declaraciones de José Loaiza.
Con luz y taquígrafos
El PP ha desistido de celebrar ese encuentro de ámbito privado y bilateral “en aras de la transparencia que merecen los ciudadanos de San Fernando y los grupos políticos que conforman la Corporación Municipal”.
La razón es muy simple. El famoso “Pleno de las facturas” ya dejó sobre el terreno de juego político cómo dos partidos se tiraban la mierda a la cara a modo de irregularidades cometidas, de forma que se convirtió en una competición a verr quién se había pasado por el forro más veces la legalidad vigente.
El presidente del PP de San Fernando, José Loaiza, ha solicitado al gobierno municipal la convocatoria extraordinaria de la Comisión de Desarrollo Económico y Gestión Tributaria.
Esa es una mejor salida porque allí estarán presentes los demás partidos políticos y por ende, opiniones que no dejen lugar a dudas de lo que ha ocurrido y de lo que ocurra.
Y por supuesto, aleja cualquier sospecha razonable de que PP y PSOE llegaran, en una reunión bilateral, a un acuerdo para no remover el asunto, vistos los antecedentes de irregularidades de los gobiernos de PP y PSOE.
En lo que si lleva parte de razón Conrado Rodríguez es en que en el caso de haber “el más mínimo fundamento en las insinuaciones vertidas por Loaiza, lo que tendría que haber hecho es ponerlo en conocimiento del Gobierno municipal y de la Intervención, ofreciendo todo lujo de detalles para, de esta forma, dar a conocer el caso, abrir una investigación de forma inmediata y, en su caso, tomar las medidas que correspondan”.
O sea, precisamente lo que en abril de 2009, cuando el famoso robo de la Caja, denunció la Policía Nacional como lo que se debería haber hecho y no se hizo. Esto es, no levantar la liebre, investigar sin levantar sospechas y evitar que desaparezcan papeles.
Claro que la recomendación de Rodríguez falla en un matiz importante. En estos casos en los que todo el mundo es sospechoso hasta que aparece el culpable, la única parte con garantías de comenzar esa investigación de inmediato y paralizar cualquier movimiento es el Juzgado o los organismos públicos e independientes de control económico de las administraciones.
Denuncia a Loaiza
En el caso del robo de la Caja, hay que recordar, lo que se hizo fue denunciar directamente a los cajeros, lo que impidió que la investigación se hiciera con los supuestos culpables operando. Y ahí está el caso en los Juzgados pendiente de que algún día se anuncie el juicio, cuando han pasado casi nueve años desde que se denunció un desfase en las cuentas que dicho sea de paso, lo conocía todo el mundo en el área de Economía del Ayuntamiento.
Con todo, ya eso queda atrás porque la denuncia -sobre el papel poco contundente- de Loaiza, podrá tratarse el miécoles en el seno de la Comisión de Gestión Presupuestaria y Tributaria.
"Como presidente de la Comisión le requeriré que acuda a la misma y le insto a que exponga allí todo lo que dice que tiene para poder aclarar, de una vez por todas, las insinuaciones y los rumores en los que lleva apoyándose estos días”, dice Rodríguez.
El equipo de gobierno asegura que no se conformará con que Loaiza pida disculpas en el caso de que no se demuestre nada de lo que ha denunciado en estos días.
“Las calumnias que vierte hacia la actuación del personal municipal, haciendo referencia a un nuevo caso de robo de la caja, con todo lo que ello conlleva de generación de alarma social, podría ser objeto de una denuncia por parte del Ayuntamiento en defensa de la honorabilidad de los empleados y empleadas públicos municipales”, dice Rodríguez.
Por supuesto, hay una tercera vía. Que todo quede en un empate. No sería la primera vez que entre ellos no ocurre nada. Cosas más raras se han visto.