El Ayuntamiemto de San Fernando intenta por enésima vez resucitar un muerto a través de un proyecto de renovación y reubicación de lo mismo que ha existido siempre. No se abordan sin embargo los dos problemas principales del edificio y del equipamiento y cuando hubo ocasión de abordarlo no se hizo.
El principal problema del Mercado Central de Abastos es que no es un mercado Central, sino un mercado de barrio. Fue central cuando la ciudad era mucho más pequeña y tuvo su momento de auge cuando aún no existía la tremenda competencia de los supermercados que ofrecen productos perecederos a mejores precios.
El segundo problema es que sólo funciona en horario de mañana, a pesar de que se ha intentado lo imposible por hacer un mercado abierto todo el día, algo inabordable para detallistas de empresas familiares que no dan para contratar personal con que cubrir el horario completo.
En cuanto a la oportunidad perdida, se perdió a finales del siglo pasado cuando el Ayuntamiento andalucista, tras esa plataforma empeñada en salvaguardar un edificio que decían con gran valor arquitectónico -lo decía la Plataforma impulsada por el Partido Popular- cometió dos errores fundamentales que pesan como losas ahora.
El primero de ellos no haber tirado el edificio y construirlo nuevo -a imagen y semejanza del anterior, poco más o menos- adaptándolo a lo que entonces se demandaba, que era un polo de atracción comercial en pleno centro de la ciudad.
El segundo, ya reconstruido el mercado poco más o menos como era antes, hipotecar la parte superior con una extravagante Gerencia Municipal de Urbanismo al albur de aquella época del ladrillo de la que partes estos lodos
Con ello se perdió la posibilidad de diversificar el Mercado Central ubicando todo tipo de tiendas en la segunda planta y por ende, atraer a personas a un centro comercial en pleno centro de San Fernando.
Las malas influencias
Hasta qué punto tuvo que ver en la decisión municipal la aplastante influencia del complejo comercial Bahía Sur, está por saber, aunque esa influencia ha estado presente y lo está en la concepción de casi dos ciudades distintas: Bahía Sur y la ciudad que está junto a Bahía Sur.
Lo que sí se sabe es que esa gigantesca Gerencia Municipal de Urbanismo era los fangos de la faraónica concepción de los gobernantes en los tiempos de la burbuja que dio lugar a esos proyectos ahora calificados como “muertos” que nadie ha sido capaz de resucitar.
Por contra, la decisión del Gobierno andalucista de Antonio Moreno fue la de arreglar -y poco más- el Mercado, trasladarlo mientras tanto a donde está ahora el Centro San Fernando Plaza y construir allí precisamente lo que debía habe construido en el Mercado Central, un centro de ocio que como se esperaba, ya es de ocio y comercial.
¿Hubiera funcionado ese Centro de Ocio (y ahora también comercial) en la parte alta del Mercado Central de Abastos e incluso en parte del Mercado que desde hace años está lleno de puestos vacíos?
Esa es una pregunta que no tiene respuesta, pero lo que sí es cierto es que el Mercado Central se quedó solo en medio de la nada, entre calles en las que por la mañana hay un poco de tránsito y por la tarde no se ve un alma, en un rincón del centro arrinconado.
Con la realidad en la mano pero siendo optimistas, si hasta ahora nada ha funcionado nadie quita que lo que pretende el Ayuntamiento ahora funcione. Sería un milagro. Pero como dijo un reputado especialista en márketing, “es la gente la que te hace bueno. Pero tú tienes que parecerlo”.