La Delegación municipal de Seguridad ha presentado en sociedad, en un acto público celebrado en el edificio Emprendedores, la pionera ordenanza que regula la convivencia ciudadana en Arcos, un documento que cumple los parámetros impuestos desde la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y que viene a recoger los hechos susceptibles de sanción administrativa.
Así pues, a partir de ahora el Ayuntamiento tiene la potestad de sancionar administrativamente de manera directa sin tener por qué interponer una denuncia como hasta ahora, lo cual requería el desarrollo de una ordenanza. Siguiendo el modelo de la FEMP, el Ayuntamiento estuvo obligado a exponer durante veinte días al público la ordenanza, así como a presentarla a los distintos colectivos locales, de ahí el acto en Emprendedores. Además, el documento ha sido ‘colgado’ en el portal de transparencia municipal.
La Delegación entiende que este documento supone “un hecho histórico” porque hasta ahora no existía una recopilación de las ordenanzas que afectan a la convivencia y seguridad ciudadana. Si bien todos los ciudadanos tienen la obligación de conocer las normas de convivencia, es preciso buscar una conciliación entre derechos y obligaciones, señalaba la delegada de Seguridad Ciudadana, María José González.
La ordenanza en cuestión contempla varios capítulos, desde los principios generales de convivencia hasta las medidas de fomento de los hábitos de convivencia. Acciones como depositar basuras en la calle, no recoger los excrementos animales, vulnerar las pautas en los espacios públicos molestando a los demás, la ocupación no autorizada, etc. tienen ya una sanción concreta reflejada en la ordenanza.
El régimen sancionador, para evitar que otras partes puedan acusar al Ayuntamiento de afán recaudatorio, obliga a que el importe recaudado se destine al espacio urbano como lugar de encuentro y convivencia, para restituir los daños provocados por actos vandálicos o para el desarrollo de programas en favor de esa convivencia. Las sanciones oscilan entre los 200 y 2.500 euros.
Una valiosa herramienta
El alcalde, Isidoro Gambín, señala que “la falta de civismo, aun no constituyendo delito, influye en la convivencia de los ciudadanos”, de ahí que apoye una ordenanza que mejore, si cabe, la convivencia de los arcenses.
El reglamento debe ser aún aprobado en el Pleno municipal y posteriormente ser expuesto al público. Además, estos días ha sido presentado en la Delegación del Barrio Bajo.