Los talibanes lanzaron hoy una fuerte ofensiva para tratar de tomar el control de la ciudad de Ghazni, en el este de Afganistán, apenas tres meses después de que mantuviesen durante tres días un asedio a la occidental Farah.
Tras lograr entrar en cuatro capitales de provincia en 2015 y 2016, cientos de combatientes talibanes atacaron la pasada medianoche de forma simultánea puestos de control, la línea defensiva alrededor de Ghazni y la ruta de suministros que conduce a ella.
"Este ha sido el mayor ataque talibán a la ciudad de Ghazni y sus suburbios en los últimos 17 años -desde el inicio del conflicto en 2001- en lo relativo al gran número de insurgentes que la han atacado con el objetivo de tomarla por completo", dijo a Efe el portavoz del gobernador provincial, Arif Noori.
La fuente aseveró que los combates han cesado en el norte, sur y este de la ciudad, pero un número indeterminado de talibanes continúan atrincherados en casas de los residentes en el oeste de la ciudad, donde ya están desplegadas las fuerzas de seguridad.
Sin precisar cifras concretas, Noori confirmó que ha habido bajas en ambos bandos y que murieron al menos dos civiles durante la batalla.
Por su parte, el portavoz del ministerio afgano de Defensa, Muhammad Radmanish, situó en alrededor de 150 el número de talibanes abatidos por las fuerzas de seguridad y precisó que los combates para expulsarlos de la ciudad todavía persisten.
"La ciudad está bajo control de las fuerzas de seguridad", indicó a Efe Radmanish, que añadió que en también han activado una operación especial para localizar a los talibanes que se "ocultan en viviendas civiles".
La fuerzas estadounidenses están proporcionando apoyo aéreo a las tropas afganas.
El jefe de la Policía de Ghazni, Farid Ahmad Mashal, manifestó que no hay "problemas" en la ciudad, ya se ha reforzado el cinturón de seguridad que la rodea y "todos" los puntos estratégicos están bajo el control de las tropas afganas.
Sin embargo, reconoció que se ha cortado la señal de radio y televisión y los servicios de telefonía móvil no funcionan.
Durante la ofensiva, los insurgentes subieron a la Colina de las Televisiones de Ghazni, prendieron fuego a varias antenas y transmisores de televisión y radio locales y mataron a cinco guardias de seguridad y un técnico que trabajaban en el lugar.
"Durante el ataque talibán a la ciudad de Ghazni, la mayoría de los medios de comunicación salieron del aire y su emisión fue cortada, incluyendo la Radio Televisión Estatal, uno de cuyos técnicos murió", dijo la ONG Comité para la Seguridad de los Periodistas Afganos (AJSC, por sus siglas en inglés).
Al tiempo que provocó un apagón informativo en la ciudad, la formación insurgente reinició las operaciones en la zona de su radio, la Voz de la Sharía (ley islámica), de acuerdo con AJSC.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid aseveró en un comunicado que sus filas "todavía controlan una gran área dentro de la ciudad" y que todas las rutas de abastecimiento de las tropas afganas permanecen cortadas.
"Desde la mañana hasta ahora, más de 200 miembros de las fuerzas de seguridad murieron y resultaron heridos y decenas más fueron capturados con vida", afirmó, si bien los talibanes tienden a ofrecer información sesgada sobre el alcance de sus acciones.
El presidente afgano, Ashraf Gani, encabezó hoy una reunión "extraordinaria" del Ministerio de Defensa para tratar la situación en Ghazni y fue informado de que los talibanes sufrieron "fuertes" bajas en la operación de contraataque.
Esta ofensiva es la peor sobre una capital provincial desde la que el pasado mayo logró ocupar durante un corto período de tiempo la ciudad occidental de Farah.
También en 2015 los talibanes tomaron durante varios días la ciudad septentrional de Kunduz, en su mayor logro militar desde la invasión estadounidense en 2001, y al año siguiente estuvieron cerca de conseguir su objetivo de nuevo.
En 2016, los insurgentes cercaron y lograron entrar en Trinkot (centro), capital de Uruzgan, y Lashkargah (sur), capital de Helmand, pero en ningún caso pudieron mantener el control más de unos días.
De acuerdo con información difundida a final del año pasado por el Congreso de Estados Unidos, el Ejecutivo afgano controla cerca del 56 % de Afganistáns, los talibanes dominan un 11 % y el resto es territorio en disputa.