El expresidente de Estados Unidos Barack Obama (2009-2017) aprovechó la que ha sido su segunda intervención pública en dos días para llamar a los demócratas a votar en las elecciones legislativas de noviembre con el propósito de "recuperar cierta cordura" en el panorama político del país.
"Cuando existe un vacío en nuestra democracia, otras voces llenan ese hueco. Pero la buena noticia es que en dos meses tenemos una oportunidad para restaurar cierta cordura en nuestro sistema político", exhortó Obama durante un mitin electoral celebrado este sábado en la localidad californiana de Anaheim.
El exmandatario recalcó la importancia de participar en los comicios para así poder recuperar la mayoría en el Capitolio, lo que mermaría de sobremanera la capacidad de maniobra del actual presidente, Donald Trump.
"Este es un momento clave en nuestra historia. La realidad es que si no damos un paso al frente las cosas pueden ponerse peor", advirtió Obama ante las cerca de 750 personas que se congregaron para escuchar su intervención en el que supuso su primer acto de campaña oficial.
En esta ocasión, Obama optó por no mencionar a Trump ni una sola vez, tal y como hizo el viernes, cuando rompió su silencio político con un emocionante discurso en la Universidad de Illinois, en el que sostuvo que el actual inquilino de la Casa Blanca es "un síntoma", no "la causa", de la supuesta crisis política que vive Washington.
No obstante, a pesar de no mencionar directamente el nombre de su sucesor en el cargo, Obama parecía tener al magnate en mente cuando afirmó que "la mayor amenaza" a la democracia del país no procede de un único individuo, sino de la "apatía" y de la "indiferencia".
Tras haber evitado meterse en el fango político durante meses, algo que ha sido criticado por algunos sectores de su partido, Obama parece finalmente haber decidido arremangarse la camisa para difundir un mensaje claro: hay que votar.
El próximo mes de noviembre, los estadounidenses están llamados a elegir a un tercio de sus senadores y a la totalidad de los miembros de la Cámara de Representantes.
Actualmente las cuentas están mucho más ajustadas en la Cámara Alta, donde los republicanos cuentan con 51 asientos frente a los 47 de los demócratas y los 2 de legisladores independientes.
En la Cámara Baja, sin embargo, el panorama es bien distinto.
Con sus 432 asientos en juego, los republicanos temen pagar el precio en votos que generalmente supone dejar atrás la oposición para instalarse en la Casa Blanca, lo que podría poner en peligro su actual mayoría de 239 escaños frente a los 193 de los demócratas.