Investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) han demostrado que la pisada de un niño deja huella en su mordida. Y es que, según el grupo 'Poduma', especializado en podología infantil, la postura del pie influye directamente en el riesgo de padecer problemas de maloclusión.
A partir de un estudio pionero, para el que han analizado a unos 200 escolares de seis a nueve años, estos expertos han evidenciado que casi el 50 por ciento de los niños que manifiestan protrusión de mandíbula muestran, asimismo, un tipo de pisada pronada, es decir, volcada para adentro.
"Detectamos, igualmente, que el 100 por cien de los niños que tenían un tipo de pie pronado estaba relacionado con protrusión de mandíbula", ha afirmado el profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud Gabriel Gijón, experto en biomecánica del pie.
Los expertos han dedicado cinco años de trabajo para la realización de este proyecto de investigación. Así, a partir de un sistema de medidas, en una primera fase, se evaluó dos variables podológicas: el índice postural del pie y el ángulo de la huella.
Otra de las conclusiones que se dedujeron fue una menor prevalencia de esta relación en los casos de niños con retrusión de mandíbula, pero sí una correspondencia de la normalidad cuando no se produce ninguna de las dos alteraciones.
Según han señalado desde la UMA en un comunicado, es un trabajo que "da un paso más", ya que hasta ahora, a nivel odontológico, "solo se había abordado su vínculo con la zona lumbar". Sin embargo, tal y como aseguran estos investigadores, se trata de "un punto de partida al que podría añadirse el estudio de otras extremidades o, incluso, abordar otras hipótesis".
"Por ejemplo, se podría valorar si el problema es al contrario, de la mandíbula a los pies", ha explicado, apuntando que trasladar este estudio a adolescentes y adultos o avanzar en el plano científico, a partir de un ensayo clínico, serían los siguientes pasos. "Nos interesa saber en qué medida el tratamiento de una de estas dos alteraciones condicionaría a la otra", aclara el profesor de la UMA.
Esta investigación, "sin precedentes", ha sido desarrollada en el marco de la tesis doctoral de la podóloga Ana Marchena, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica 'Medecin'. Junto al especialista Gabriel Gijón, la profesora del Departamento de Fisioterapia Noelia Morales, es otra de sus codirectoras.